22.11.06

HABLÓ EL DESPRECIO A LOS HUMILDES

HABLARON TORO HARDY Y CALDERON BERTY, dos oligarcas de postín. Alarmados, vociferan que la Revolución está beneficiando a los humildes con servicios de salud, y que eso está saliendo muy caro.
Ellos, oligarcas de la cuarta, tuvieron cincuenta años para hacerlo, tuvieron seiscientos meses para hacerlo, tuvieron dieciocho mil días para hacerlo, tuvieron cuatrocientos treinta y dos mil horas para hacerlo. ¡Y no lo hicieron! No hicieron las Misiones Educativas, no acabaron con el analfabetismo, ni hicieron Barrio Adentro, ni la Misión Milagro.
No lo hicieron porque desprecian a los humildes. Y no lo harán nunca porque su desprecio a los humildes es enfermizo, no tiene cura, sólo se disfraza en época de elecciones para aparecer luego con más furia.
A ellos, oligarcas redomados, les molesta que la Revolución Bolivariana, y Chávez, se preocupen por el Pueblo, les molesta las relaciones de cooperación con Cuba, que han hecho posible que en cuatro años el Pueblo humilde de Venezuela, desguarnecido en la cuarta, se haya beneficiado con más de doscientos millones de consultas. Lo que corresponde a ciento tres millones de horas de atención directa de los médicos con el Pueblo. Es un tiempo que equivale a cuatro millones de días, ciento setenta mil meses, trece mil años.
Entonces, de qué se trata toda la alharaca de estos oligarcas que nos desprecian, de qué se quejan, qué les preocupa, por qué se angustian, cuál es el stress, por qué acusan de estafa a la Revolución Bolivariana, por qué tanto vericueto matemático, qué los motiva, para dónde quieren ir.
Sin duda hay una maniobra política electoral, buscan desesperadamente alguna excusa para intentar engañar, acumular un poco de votos, capturar a algunos incrédulos.
Pero, por qué arremeten ahora contra la salud popular, por qué la agresión oligarca a Barrio Adentro, que es una operación de salud nunca vista en la humanidad. Las cifras son impresionantes, ya ellas por sí solas justificarían la existencia de Barrio Adentro.
Pero además, Barrio Adentro es un ejemplo de lo que puede hacer un Pueblo cuando cambia las relaciones capitalistas que lo condenan a la exclusión, y toma el camino de las relaciones solidarias, amorosas. Es muestra de lo que ese amor puede hacer con el petróleo. Lo que tratan de evitar es que la Revolución siga el camino de la redención, del que Barrio Adentro es sólo un paso.
Pretenden engañar, no lo lograrán. Sabemos que en las elecciones lo que se está decidiendo es la continuidad del camino de redención, o el regreso al pasado, a la cuarta, cuando el Pueblo no tenía ni atención, ni amor, ni esperanza, estaba excluido de la vida.
¡Barrio Adentro es Socialismo y es Pueblo!
¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo!

LA ELECCIÓN ES BATALLA

ES INSUFICIENTE CALIFICAR EL EVENTO DEL TRES de diciembre próximo, como una simple elección. Ese día será el encuentro, tal vez violento, pero siempre frontal y decisivo, de dos visiones del mundo. Será una de esas excepcionales batallas que deciden el destino de generaciones y continentes.
En las luchas de los humildes por su redención ocurren estos momentos definitorios, a veces se avanza en la emancipación de los Pueblos, a veces los humildes son derrotados en su empeño.
El éxito o fracaso depende de muchos factores. Puede suceder que el Pueblo pelee sin líder, sin organización, sin metas, sin ideas transformadoras, entonces, sus luchas están destinadas a ser meros fuegos artificiales, que indican fuerza, pero no pasan de ser fulgor precario. Tal fue el caso del 27 de febrero de 1989, cuando una descomunal energía popular pasó como una tolvanera por los escalones más primitivos de la lucha de clases: el individualismo.
Pero, puede suceder que el Pueblo de a luz un líder, que se organice alrededor de ideas transformadoras, que tenga conquistas que defender, metas sagradas por las que luchar, caminos que transitar, sueños que concretar. Entonces la batalla de los humildes se eleva a los escalones más excelsos de la existencia humana: la Revolución. En esos momentos el Pueblo lucha unido y es relámpago invencible.
En la Venezuela de hoy, vivimos uno de esos escasos momentos en los que confluyen ideas revolucionarias, Pueblos con alto grado de conciencia, y un líder que sintetiza el momento histórico. Esas son las inmejorables condiciones con las que vamos a diciembre.
La elección es una batalla donde derrotaremos las pretensiones internacionales y de lacayos nacionales de truncar el camino hacia la construcción de un mundo mejor, donde derrotaremos con los votos y con el alma combativa que heredamos de Bolívar, a los que pretendan abusar de nuestra credulidad. No es simplemente una elección, es una batalla que nos propone la historia en la que debemos demostrar nuestra convicción de avanzar hacia el futuro, sin las cadenas de un pasado que ya no tiene nada que ofrecernos.
Hagamos uso del privilegio de entrar en combate por la construcción de un mundo mejor. Ayer, la historia nos convocó para la independencia, hoy las circunstancias nos convocan para la defensa de Chávez, de la Revolución Bolivariana, de la esperanza de liberarse del capitalismo en cualquiera de sus versiones, y continuar en el camino hacia la construcción de un mundo donde el hombre no sea lobo del hombre, donde impere el amor.
En diciembre todos a participar. En las votaciones los barreremos, y si se ponen a inventar se toparán con el huracán implacable de la ira popular, y también los barreremos. Nadie, ni nada, contendrá la voluntad nacional de avanzar.
¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo!
¡Bolivariano, Socialista y Chavista!
¡La Revolución no se detiene, no hay pacto!
¡La Revolución es Socialismo!
¡Si se lanzan, la respuesta será implacable!
¡A cada conspiración, responderemos con medidas revolucionarias!

20.11.06

MISCELÁNEAS 30

1. Las revoluciones se parecen más a un huracán que a un cristal de cuarzo, en ellas hay pocas líneas estáticas. Por eso, los agrupamientos en tiempos de Revolución, son vaporosos en lo táctico y firmes en lo estratégico, si alguien ignora esta realidad, corre riesgo de ser batuqueado por las borrascas de la historia. Bolívar peleaba contra los españoles junto a Santander y Páez. En lo táctico coincidían, estaban del mismo lado de la tenue línea táctica, sin embargo, en lo estratégico, en la construcción del nuevo mundo, eran adversarios, y Bolívar terminó proscrito por sus antiguos aliados y subordinados.

2. El entusiasmo por la vía china es compartido por muchos. En la televisión vemos exaltaciones de aquel modelo que promocionan como dos sistemas y un solo país. La propuesta es muy cómoda para los ideólogos de la pequeña burguesía, es el descubrimiento teórico que calma sus ansiedades, pretenden haber encontrado la forma de ir hacia el Socialismo y al mismo tiempo ser capitalistas. Es que la gran angustia de la pequeña burguesía cuando se mete a revolucionaria, es conciliar la marcha al Socialismo sin salir del capitalismo. Si estudiamos con más detenimiento el fenómeno, veremos que el asunto es una estafa más.

3. Cuando un hombre intenta tomar su cielo por asalto, despierta. Cuando ese hombre entiende que tomar al cielo por asalto es labor colectiva, se yergue. Al comprender que el cielo es “amaos los unos a los otros”, avanza. Descubriendo que existencia y espíritu se entrelazan, se ilumina. Sin embargo, es en el instante que se desprende de todo y dedica su vida al bien social, que se hace Santo, un buen hombre, un verdadero revolucionario. El Che es un buen hombre, un Santo.

4. El vaporoso mundo de la política tiene dos ingredientes fatídicos: la fantasía y la soberbia. El político es fácilmente contaminado por estos dos virus del drama social. Con la fantasía deliran, y con la soberbia enceguecen. Por supuesto, el antídoto para esta virosis, es el implacable veredicto de la realidad infalible. En Venezuela abundan los enfermos de fantasía y de soberbia.

5. La humanidad, el pensamiento humano, es uno sólo. Es imposible fragmentarlo. No hay una sola idea que no sea hija, que no esté influenciada por el pensamiento de toda la humanidad. No hay un hombre de valor que no sea compendio del tránsito humano en el planeta. Bolívar es Bolívar, pero es también Rousseau, Sócrates, Robinson, es los enciclopedistas, es el África que lo amamantó, y es también la Revolución Francesa.

FRATERNIDAD Y LUCHA DE CLASES

CON INSISTENCIA SE ACUSA A LA REVOLUCIÓN y al Comandante de ser propiciadores de odio entre hermanos, de disgregación de la sociedad, de sembradores de la discordia, de propiciadores de la lucha de clases ¿Qué hay de cierto en esto? Veamos.
La sociedad tal como la conocemos está dividida en clases, y esta división no es capricho, ni voluntad de los humanos, es producto de las relaciones económicas, sucede más allá de los deseos. Ahora bien, la sociedad dividida, vive en una constante lucha de clases. Las clases marginadas, excluidas, explotadas, expresan su desacuerdo, su incomodidad, su rebeldía, de formas diversas, desde la delincuencia, la pugna por los salarios, las manifestaciones populares, las canciones, hasta el arte, la filosofía, etc.
Cuando esa lucha de clases se eleva a una pugna por tomar el poder, y desde allí desarrollar los distintos proyectos de sociedad, de nación, entonces, la lucha de clases se hace política. Y, si producto de esa pugna política, se produce un desplazamiento de las clases gobernantes que se apropiaban de la riqueza social, entonces se abre un período donde hay posibilidades de desarrollar un proyecto de país distinto, se habla, en este caso, de un período revolucionario.
En Venezuela, con la llegada al poder del Comandante Chávez se abrió un período revolucionario. Se comprende que la lucha de clases siempre existía, sólo que ahora se expresa políticamente, con la posibilidad de imponerse un proyecto de sociedad distinto al proyecto expoliador capitalista. Analicemos los proyectos en pugna.
Por un lado, está el proyecto capitalista globalizador impulsado por el imperio, que tiene su mejor ejemplo en el tratado comercial con México, creador de tales niveles de miseria, que hace necesario la construcción de una moderna muralla china que aísle a los Estados Unidos de los miserables que su sistema ha creado.
Por otro lado, está el proyecto del Socialismo Bolivariano y Cristiano que propugna el Comandante Chávez. Un proyecto que busca integrar a la sociedad, reconstruir las relaciones sociales en base al amor, construir una sociedad donde nadie se apropie de la riqueza que pertenece a todos, que nadie viva en la opulencia a costa de apropiarse de la riqueza social, que nadie quede excluido, en resumen, que el hombre deje de ser lobo del hombre.
Queda claro que el proyecto revolucionario, es un proyecto de verdadera paz, la paz con justicia. Un proyecto de inclusión, que no discrimina a nadie, donde tienen cabida todos los que quieran colaborar en la construcción de un mundo donde el individuo deje de ser un huérfano en un desierto de egoísmos.
¡La Patria es el Socialismo!
¡Con Chávez construimos la Sociedad del Amor!
¡¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo!!

VOLVERSE CAPAZ

LOS REVOLUCIONARIOS NO HEMOS SIDO CAPACES DE SER REVOLUCIONARIOS. Nos hemos dejado vencer por la cultura de la dominación, no hemos sabido enfrentarla, tenemos una suerte de complejo que nos frena. Es necesario volvernos capaces de ser revolucionarios. Veamos.
La Revolución es en esencia la lucha contra la cultura de la dominación.
El Libertador percibió ese peligro y nos dijo: “moral y luces son nuestras primeras necesidades”. Pedía otras luces, las de la rebelión frente a la monarquía, y pedía otra moral, la moral que lo hizo decir en Bolivia que la peor infamia era la esclavitud. Es decir, “moral y luces” resume la necesidad de otra cultura, la cultura de la liberación.
Bolívar aceptó su derrota cultural en San Pedro Alejandrino, cuando, a pesar de triunfante en mil batallas militares nos dice: “Colombianos han abusado de vuestra credulidad”.
Hoy en Venezuela la cultura de la dominación se cuela por todos lados, y nosotros, en aras de una unidad que esteriliza y no beneficia a nadie, callamos el necesario debate, dejando que la Revolución, lejos de entablar la batalla cultural, aliente los valores de la dominación, sofrene los valores de la liberación. Perdemos así la batalla cultural, que es lo mismo que decir, dejamos escapar la oportunidad revolucionaria.
Un ejemplo es la consigna de: “Venezuela es de todos” consigna que enmascara el motor de la Revolución: la lucha de clases.
Venezuela todavía no es de todos, estamos luchando para que sea de las mayorías humildes y trabajadoras, y deje de ser de las oligarquías que desde la hora del Libertador se han apoderado de las riquezas y el trabajo nacional.
Integrar a la sociedad, pasa por una profunda lucha de clases. Para integrar a la sociedad es necesario acabar con el origen de la fragmentación social, con la posibilidad de que una pequeña fracción se apodere de la riqueza que pertenece a toda la sociedad. En otras palabras, para unir a los hombres es necesario acabar con las relaciones sociales que los desunen, y para acabar con esas relaciones sociales disociadoras, es necesaria una Revolución, que no es otra cosa, que una profunda lucha de clases. Recalcamos, la Revolución no se dirige contra los hombres, es una lucha profunda contra las relaciones sociales que los desunen.
Hace falta que los revolucionarios emprendamos una gran campaña por la resocialización de la sociedad, por recomponer a la sociedad que el capitalismo ha fragmentado en egoísmos. Es importante que elevemos la conciencia de pertenencia a la sociedad. Que rescatemos los valores de lo social frente a los valores del egoísmo. Que el individuo espere de la sociedad, pero también se deba a ella.
Es bueno recordar, que los cambios culturales, los cambios en la conciencia y en el espíritu deben entrelazarse con los cambios en las relaciones económicas. Un Pueblo que trabaja para sí mismo, es un Pueblo, es una sociedad que va camino de su resocialización.
¡¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo!!

¿ES POSIBLE EL SOCIALISMO?

LA POSIBILIDAD DEL SOCIALISMO es la angustia central de la Revolución en nuestros días. Y es lógico que así sea, toda la cultura de la dominación tiene como uno de sus objetivos principales instalar la idea de que los cambios son quiméricos. Siempre ha sido así.
En la Independencia la primera hazaña fue derrotar la idea de que era impracticable vivir sin la monarquía. Por esa resistencia a los cambios es que el inicio de la rebeldía fue la formación de una junta defensora de los derechos de un rey, Fernando VII. Había miedo al cambio profundo.
Situación similar vivimos en los días que corren. Se construyen ideas, se fabrican teorías conservadoras, todas nos anclan en el capitalismo. La más generalizada es la tesis de un capitalismo con gasto social abundante, sumado a la llamada democratización del capital, otros creen ir más lejos y plantean el efectismo nostálgico de recuperar fábricas que han ido a la quiebra, lo que no pasa de ser una parodia de pretéritas y gloriosas luchas obreras. Otros, más desvergonzados, plantean que el Socialismo nunca se ha hecho, que no es posible, que sólo es una alucinación.
Nosotros, tal como lo dijo el Comandante, pensamos que el capitalismo es el camino al infierno. De allí, que la superación del capitalismo no es una opción que podemos tomar o no de acuerdo a un capricho, algo así como escoger el color de una ropa. Se trata de un asunto de vida o muerte: o superamos al capitalismo y construimos el Socialismo, o la humanidad y la vida sobre el planeta perecen. Ya esta situación de encrucijada vital justificaría el intento de construir el Socialismo.
Sin embargo, a la pregunta inicial de si es posible el Socialismo, respondemos: que es necesario, es vital y también es posible, y añadimos: Que es posible, pero no es obra de timoratos, es un hermoso empeño reservado a humanos con vuelo alto, los capaces de romper con trescientos años de calma, y emprender el inédito camino de la fundación de universos.
La historia nuestra, la experiencia universal, son ricas en enseñanzas, en indicaciones de cual es el camino.
El Libertador, nos demostró que la liberación, por poderosas que sean las fuerzas que se oponen, es siempre posible.
La Revolución Cubana, el Pueblo Cubano, Fidel y el Che, innovaron la teoría revolucionaria y establecieron con claridad, que es la conciencia revolucionaria, el motor principal de las Revoluciones, que todo debe quedar supeditado a este principio.
El Cuatro de Febrero nos recordó que somos hijos de Bolívar, destinados a señalar caminos.
La conexión amorosa del Comandante con lo mejor del Pueblo, nos indica hoy, que lo tenemos todo para construir un universo nuevo, para transitar el camino de la redención de la humanidad.
¡Patria es Socialismo!
¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo!
¡No al pacto conciliador!