1.6.07

CHÁVEZ, SOCIALISMO Y HORROR A LAS OLIGARQUÍAS

Este sábado nos movemos, los revolucionarios acudimos al llamado del Comandante y de la Patria, y nos movemos. Caracas y el mundo presenciarán la fuerza hermosa de un Pueblo en marcha derrumbando mentiras, y reafirmando su voluntad de construir un mundo nuevo y un hombre nuevo, de construir el Socialismo.
Un Pueblo que tiene el privilegio de ser convocado para lo grande, para lo hermoso, lo trascendente. Convocado para abrir cauce para el rescate de la humanidad de las fauces del capitalismo que la conduce al infierno.
Tal como ayer El Libertador convocó a este Pueblo para liberar naciones, para acabar con un imperio, hoy nos convoca para continuar su sueño.
Dichosos los Pueblos que paren hombres capaces de mirada alta, de sueños inmensos y capacidad para guiar naciones, de transformar Pueblos en gigantes que estallan cadenas, y abren caminos de salvación.
Nosotros debemos sentirnos dichosos y orgullosos, hemos sido y somos de esos Pueblos capaces de parir esos hombres, ellos están aquí entre nosotros y no podemos fallar en acudir a su llamado, que es el llamado a participar en la construcción de la Historia Grande.
Este sábado nos movemos para derrotar a las oligarquías y para avanzar.
Ya es hora de avanzar, ya sabemos hacia donde vamos, el Comandante nos señaló el camino, vamos hacia el Socialismo, el verdadero, el auténtico. El Socialismo que significa construir una nueva sociedad, donde el hombre rescate su condición de ser social y supere su condición de mercancía, donde el avance de la sociedad no signifique el agotamiento de las condiciones de vida planetaria, una sociedad en la que el hombre sea hermano del hombre y esté integrado a la naturaleza, que deje de ser su principal predador.
Sólo avanzando hacia el Socialismo derrotaremos verdaderamente a las oligarquías, porque todas estas luchas, desde el golpe de abril, el sabotaje petrolero, hasta lo de radio caracas, tienen en el fondo el centenario enfrentamiento de las oligarquías contra el Pueblo humilde despojado por ellas. Y en esa lucha, ya lo sabemos, la historia lo dice, es imposible triunfar sin instaurar un sistema que espiritual y materialmente imposibilite la existencia de las oligarquías. Es decir, debemos construir una sociedad que no permita que unos hombres ¡ninguno, nadie! sean propietarios de los medios de producción, así le quitamos a la oligarquía su base material. Debemos construir una sociedad que tenga como eje de su ética y su moral, el sentido del deber social, el altruismo, la solidaridad, así le quitamos a la oligarquía su base espiritual.
Con estas metas nos movilizamos hoy:
Por Chávez, personificación de los mejores valores, de las más nobles luchas de este Pueblo.
Por el Socialismo, única forma de construir el mundo que nos dará la mayor suma de felicidad posible.
Y horror a las oligarquías, nuestros enemigos principales.
¡Sin Chávez no hay Socialismo, y sin Socialismo no hay Chávez!

EL ASALTO

La marcha de las sociedades está determinada por una mezcla de voluntad y de realidad, de espiritualidad y materialidad. Hay períodos en los que la voluntad prevalece, en otros somos llevados por la tolvanera de la materialidad desatada, pero siempre el camino es una mezcla de voluntad y erupción volcánica.
Las condiciones materiales pugnan por expresarse en la voluntad social, o mejor, la voluntad es siempre expresión de fuerzas que yacen en la realidad.
En Venezuela, la voluntad conductora del Comandante Chávez es expresión de fuerzas telúricas que desde el fondo de la historia pugnaban por expresarse, y encontraron en el Comandante su personificación, y en la marcha al Socialismo su cauce. Estos dos factores, voluntad y cauce, conforman una opción de rumbo social, la más poderosa, la más probable, la más deseable… pero no es la única.
Si la opción principal de rumbo social no consigue consolidarse, hegemonizar a las otras opciones, someter a las otras fuerzas y a las otras voluntades, entonces el rumbo de las sociedades cambiará: se establecerá otra hegemonía.
En Venezuela hay otras fuerzas y otras voluntades pugnando por la hegemonía, buscando imponer su rumbo. Ninguna de ellas debe ser subestimada. Veamos.
Las fuerzas y las voluntades que imponían el rumbo en el pasado, representadas hoy por Rosales y sus satélites, lucen débiles y caducas, pero cuentan con el imperio y sus lacayos en el continente, que son capaces de mover montañas.
La fuerza más peligrosa para el rumbo que hoy llevamos, es la que surge de las entrañas mismas del proceso, es la neoligarquía, la que acumuló capital en los últimos años, y su querencia no es el Socialismo, sino el capitalismo.
De la misma manera que el Comandante es personificación de Pueblo humilde y Socialismo, la neoligarquía es personificación de capitalismo. Así como la voluntad del Comandante es la expresión de fuerzas que pujan por el Socialismo, la voluntad de la neoligarquía es expresión de fuerzas que tienden hacia el capitalismo internacional.
Estamos entrando en un período de confrontación entre estas dos opciones: una, la de la conexión amorosa del Comandante con su Pueblo, la del rumbo al Socialismo, y la otra, la restauración neoligarca.
La neoligarquía prepara el asalto, ya no cabe en las estrechas aguas de la subordinación, ahora quiere dirigir, tenerlo todo, es voraz, insaciable, como su amo el capital. Busca alianzas y conciliaciones con la oligarquía tradicional, y ataca a Cuba para congraciarse con el imperio. El imperio es su aliado natural.
La primera etapa de su asalto es debilitar el rumbo al Socialismo, domesticarlo, hacerlo sensatez, remitirlo a un futuro lejano, privarlo del volcán que lo impulsa. De esta manera debilitan la conexión amorosa del Comandante con su Pueblo, la despojan de conciencia social y de base material, y al debilitarla propician las condiciones para su sustitución.
El asalto de la neoligarquía se derrota con Socialismo. Socialismo ya, y en exceso, esa es nuestra mejor arma.
¡Sin Chávez no hay Socialismo, y sin Socialismo no hay Chávez!

LA CRISIS

Estamos en una crisis, los signos son abundantes y variados, examinemos algunos: la oligarquía está desplegando un plan desestabilizador, el Comandante así lo denunció. El plan tiene su componente internacional, que en esta fase se manifiesta por declaraciones que van desde el departamento de estado gringo, hasta la bachelet, pasando por los europeos y el cachorro alan garcía. En lo interno encontraron su asidero en la no renovación de la concesión a radio caracas y en los últimos días se activó la fase violenta del plan oligarca.

Es importante que entendamos que es un plan cuyo propósito es yugular al Socialismo y al Comandante, y lo de radio caracas es sólo una excusa. Todo ese cuento de la libertad de expresión es sólo eso, un cuento para justificar la embestida contra la Revolución.

No hay dudas, entramos en período de pujas definitorias, y esos periodos vienen acompañados de una crisis, o mejor, son la crisis.

Si entendemos la crisis como período de cambios profundos, de mutaciones, entonces, en ella, debemos llenarnos de vigor revolucionario, de estudio, de combate, porque como dijo un gran filósofo: “las crisis son revolucionarias”, son oportunidad para el avance.

Lo que estamos viviendo es invalorable oportunidad para un extraordinario salto o para un retroceso monstruoso, así están planteadas las cosas.

¿Qué debemos hacer los revolucionarios?

Primero, reconocer que estamos en medio de una crisis, no tratar de ocultarla tras ficciones.

Segundo, Clarificar las ideas, ya lo dijo Martí: “una idea justa desde el fondo de una cueva es capaz de derrotar a un ejército”, “trinchera de ideas vale más que trinchera de piedras”. La Revolución es fuerte en relación directa con la claridad que tenga en sus ideas. Entonces, el Pueblo debe estar informado de las razones, ideas y conquistas por las que lucha, de las bondades del Socialismo, de la condición humana que sólo el Socialismo puede darnos, y de las miserias espirituales y materiales producidas por el capitalismo. Saber para dónde vamos como sociedad, y a qué ritmo.

Informar al Pueblo, el Pueblo debe estar al tanto de la situación, hacia donde vamos, los obstáculos, internos y externos que se oponen al avance, los peligros que acechan, los errores que cometemos, los aciertos.

Debe conocer los contornos precisos del proyecto que se construye, lo que es propio de la transición y lo que es propio de la gran estrategia.

El Pueblo, armado de ideas revolucionarias y movilizado alrededor del Comandante, será capaz de conducir la crisis hacia el rumbo socialista, de derrotar los devaneos conciliadores, y los impulsos anarcoides. El Pueblo organizado debe afinar la estrategia y la táctica, corregir el rumbo.

Debe existir un plan de acción para conducir la crisis hacia el Socialismo, no dejar nada a la improvisación y a la espontaneidad, el deber de los dirigentes revolucionarios es dirigir, esa responsabilidad es irrenunciable.

¡Las crisis son revolucionarias!
¡Sin Chávez no hay Socialismo, y sin Socialismo no hay Chávez!

31.5.07

EL SOCIALISMO ES EXTREMISTA


Un principal del gobierno ha calificado de extremistas a los que planteamos que es muy malo que la nueva televisora, que sustituye a la oligarca radio caracas, se sostenga con publicidad capitalista. Respondamos.

Primero, nos honra el calificativo y nos estimula a seguir en esta línea: el Socialismo es extremista, la Revolución es extremista, sino revisemos a los revolucionarios que nos nutren. Pensemos en Cristo, alzado en contra de la religión de su tiempo y del imperio de su tiempo, más extremista ninguno. Recordemos a Bolívar, que fue al extremo de la lucha, lo militar, para dar vida al planteamiento extremo de formar naciones y unirlas, que además desechó a los mareadores que siempre posponen la hora revolucionaria y dijo: “¿trescientos años de calma no bastan?” para afirmar así el extremo de que la Revolución es ahora, la Revolución no se pospone.

La acusación no nos deshonra, al contrario, y con mucha humildad, nos sentimos orgullosos de que se nos coloque al lado de los extremistas, que es decir, de los revolucionarios del mundo, todos extremistas, desde Fidel que nació en el extremismo de asaltar al Moncada. Lenin, el Bolchevique, que llegó al extremo de enfrentar a una monarquía para mostrar a la humanidad que el Socialismo no era sólo un sueño. A Marx, que llegó al extremo de refutar a todo el pensamiento de su época y dar el salto teórico más colosal que el humano haya dado. Nos coloca al lado del Comandante Chávez, extremista el cuatro de febrero, extremista en el Jardín Botánico al declarar a la Revolución Antiimperialista, extremista en su amor por Fidel y el Che, extremista al declarar a la Revolución Socialista, extremista al fundar al ALBA, y por ser extremista es la esperanza del Pueblo y del continente.

Estamos convencidos de que Socialista, Revolucionario, es sinónimo de extremista, por lo tanto, sospéchese de los revolucionarios moderados.

Es hora de reafirmar nuestra posición en lo referente al patrocinio de TVes: sostenemos que una televisora no puede representar ni impulsar al Socialismo si se sostiene con la publicidad de los privados, pues será esta publicidad la que determinará su línea editorial.

Y sostenemos además, que al nacer esta televisora con esta falla, estamos transformando un triunfo revolucionario, quitarle la señal a los oligarcas, en una derrota del Socialismo, porque reflejamos sobre la sociedad la idea de que el capitalismo no es malo, sentamos el precedente de pretender ser socialistas estimulando los valores capitalistas, porque eso es lo que hace la publicidad capitalista. Y se puede deducir que la misma ideología que no ve mal que sea la publicidad capitalista la que sostenga a TVes, sea ambigua en la programación y en el mensaje que la nueva televisora transmita.

Aquí reafirmamos nuestra posición, extremista, de que el patrocinio oligarca, la publicidad oligarca, produce espiritualidad oligarca.

¡Sin Chávez no hay Socialismo, y sin Socialismo no hay Chávez!

¡Chávez es extremista, el Socialismo es extremista!

29.5.07

LAS ENSEÑANZAS DE RADIO CARACAS

A propósito del cese de la concesión de radio caracas, los oligarcas movieron su fuerza, nada adelantamos con negarlo o darle explicaciones vanas, al contrario, al cegarnos perdemos la oportunidad de aprender de esa gran maestra que es la realidad. Veamos.
La gran enseñanza de estas jornadas, es que el Socialismo, el avance de una sociedad, no es meramente un problema económico: nadie duda que sobre esos que manifiestan han llovido copiosos beneficios materiales, y sin embargo se mueven, con el mismo odio, con la misma intención de muerte que en abril, con la misma saña antipatriótica que en diciembre.
En el campo revolucionario, la respuesta ha sido fundamentalmente burocrática y policial, no hemos sabido sensibilizar al Pueblo, hacerlo entender la relación del cese de la concesión de radio caracas con la marcha del Socialismo. Al contrario, le quitamos potencia al trascendental hecho, lo convertimos en un paso, no hacia el Socialismo sino en un paso hacia el limbo político: la televisora no es socialista, pero tampoco es oligarca, no avanza, pero no retrocede, pueden ir allí los que quieran, la diversidad es una de sus características banderas, y en la diversidad cabemos todos, hasta National Geographic, o los escuálidos bien comportados. En el acto del Teresa, en la televisora, el Socialismo fue un invitado incómodo.
La gran enseñanza de estos acontecimientos, es que debemos impulsar al Socialismo como un hecho de conciencia, de espiritualidad, al que se llega por el alma y no por el bolsillo.
Ellos se movilizaron por sus móviles mezquinos.
Ahora se impone que el Pueblo bolivariano se movilice, pero no para ir al limbo de una indefinición boba, el Pueblo debe movilizarse por el Socialismo, por el antiimperialismo, contra los escuálidos, mil veces perdonados y mil veces golpistas, contra los intentos de conciliación, por la defensa del Comandante y del Socialismo, que eso es lo que está en juego.
Nosotros debemos renovar en el Pueblo las razones suficientes, valederas, sagradas, altruistas, sentimentales, amorosas, por la cuales salir a la calle. Debemos ir a la calle como quien va a una batalla de la independencia, a hacer Patria, a construir Socialismo, del bueno, del auténtico, sin ambigüedades.
Debemos ir a la calle con el espíritu del Libertador que en 1812 se enfrentó a la naturaleza. Con el espíritu de abril, cuando hicimos que corrieran como ratas. Como en diciembre, cuando defendimos a PDVSA.
No es hora de la ambigüedad, es hora del Socialismo como dilema final, sólo el Socialismo nos dará la conciencia y el ímpetu para derrotar a nuestros enemigos.
Los sistemas políticos revolucionarios que buscaron convivencias en los infiernos, que se quedaron en el idealismo liberal, fueron siempre derrotados, así pasó con la Primera República, así pasó con Allende, con Janio Quadros.
Porque al imperio sólo lo derrotan los Pueblos profundamente convencidos de sus objetivos.
¡Derrotemos a la oligarquía para construir el Socialismo!
¡Sin Chávez no hay Socialismo, y sin Socialismo no hay Chávez!

28.5.07

LOS AULLIDOS VIENEN DEL ESTE

En la noche del sábado y domingo, provenientes del Este, nos invadieron fuertes aullidos de sirenas, venían acompañados de disociación, odio y amenazas, eran similares a los de abril o diciembre, nada ha cambiado, el enfrentamiento entre la Revolución y la contrarrevolución, entre el futuro y el pasado, entre la vida y la muerte, sigue intacto. Los campos en conflicto siguen allí enteros, como el primer día. Esta situación debe llamarnos a reflexión.
Los intentos por ganarnos a la clase media desde sus posiciones fracasan, nos debilitan. Es difícil pensar en una época en que la clase media haya tenido más beneficios materiales: carros como nunca, tarjetas de crédito repletas, becas, negocios suculentos, oportunidades de trabajo, créditos, de todo han conseguido.
De nuestra parte un cuidado hacia ellos como se cuida un amor a los quince años.
¿Y cuál ha sido el resultado?
Nada, para ellos seguimos siendo chusma, el odio fascista que se llevó a Danilo y amenaza con el magnicidio, sigue allí, intacto.
¿Cuál es la enseñanza?
La enseñanza es entender ya, so riesgo de males impredecibles para la Revolución, que la ambigüedad nos debilita, los fortalece a ellos, y los frutos son intrascendentes.
Es necesario rectificar, la Revolución no puede pretender captar a la clase media con una llamada “política hacia la clase media”, que se hace desde sus intereses, su ideología, su visión del mundo. Política que no es otra que atemperar las medidas y el mensaje revolucionario, para no herirla, para hacerla cada vez más clase media.
La Revolución debe captar a amplios sectores de la clase media, eso es muy necesario, pero debe captarlos para los valores, la espiritualidad, la visión del mundo, socialistas, es decir, hacerlos revolucionarios. Es un error craso tratar de ganarlos haciendo de la Revolución una Revolución de clase media. Y los resultados están a la vista:
Lo de radio caracas lo hicimos con algodones, esperamos el día en que finalizaba la concesión y la televisora sucesora más light no podía ser: prometemos patrocinantes capitalistas y participación de “escuálidos democráticos”. El Socialismo entra allí por la puerta de atrás. Todo se lo concedimos. Y los aullidos vinieron del Este.
Lo mismo nos iba pasando con las elecciones de diciembre: empezamos conciliadores, con un mensaje francamente bobo, inocuo, y los resultados eran flojos. Tuvo que venir el Comandante y dar un giro completo a la campaña y al mensaje, hablar por la calle del medio de Socialismo, reforzar la conexión amorosa con el Pueblo. Tuvo que salir él, que representa la valentía política y el radicalismo revolucionario, y sólo así pudimos revertir el camino al fracaso.
No hay dudas, la historia reciente nos ilustra: la ambigüedad sólo crea ambigüedad.
¡Sin Chávez no hay Socialismo, y sin Socialismo no hay Chávez!
¡La Revolución no es hija de la ambigüedad!