5.1.08

LEYES, REALIDAD Y PROYECTOS

La Ley de Amnistía recientemente promulgada por el Comandante Chávez, ha creado un gran revuelo en el chavismo.

La discusión es sana, pero cuando se hace sin argumentos, conducida por el desagrado, las bajas pasiones, lo superficial, rayando en la camorra de esquina, entonces perjudica a la Revolución, no la deja avanzar, la debilita.
Es importante discutir la Amnistía para llegar a comprensiones que nos permitan consolidar la teoría de la Revolución Bolivariana y despejar el camino. Veamos.
La política, y la Amnistía es una acción política, es reflejo de los proyectos que obedecen a intereses que pugnan por conducir a la sociedad. La política está entrelazada con el resto de los fenómenos sociales. La oligarquía nos acostumbró a ver la economía, lo social y a la política como formas aisladas, de esa manera nos hace discutir, nos distrae en parcialidades, ocultan el conjunto del sistema y nos dominan más fácilmente.
Siendo así, y dejando de lado las fogosidades subalternas, debemos analizar la Amnistía en sus relaciones.
Establezcamos primero que la Revolución Bolivariana es una Revolución que aprende mientras camina, se construye corrigiendo y rectificando, no ha sido ni será un camino recto, sin retrocesos, pasos a los lados, cambios de ritmos. Esta discusión de la Amnistía es parte de su dinámica.
La Ley de Amnistía se relaciona directamente con la propuesta de una economía mezcla de capitalismo y Socialismo, un "socialcapitalismo". Esta convivencia en lo económico necesariamente exige una convivencia en lo político, un pacto, o como lo llaman engañosamente una “reconciliación”, que conduce necesariamente al aplastamiento del Socialismo. En la Revolución Bolivariana , existe un sector que propugna ese pacto, que ya ha avanzado en lo económico y que se abre paso en lo político.
Pero además de esta corriente reformista y restauradora, existe dentro del bolivarianismo una corriente revolucionaria y Socialista auténtica, que propugna en lo económico formas socialistas de propiedad y producción, materializadas en las fábricas de Propiedad Social como la de harina de maíz en Yaracuy, y cuyo reflejo en lo político es contrario al pacto, y a él opone el Estado Socialista al servicio de los mayorías antes preteridas y un tejido social que vaya desde el capilar más pequeño hasta lo nacional.
Concluimos que la ley de Amnistía es parte del forcejeo entre las corrientes que caracterizan a nuestra Revolución.
Podemos decir que la ley de Amnistía no es mala en sí misma, lo perjudicial está en si ayuda a consolidar a la restauración. Sería otra cosa si es un movimiento táctico compensado con una profundización de las formas de Propiedad Social, la organización política y social del Pueblo, el relanzamiento del Motor Moral y Luces como formador de Conciencia del Deber Social, el lanzamiento de una campaña de reafirmación de los valores socialistas, etc.
En definitiva, decimos que es un error considerar a la ley de Amnistía como un hecho aislado de los proyectos en pugna.
¡Sólo con Chávez impulsaremos el Socialismo!
¡Irreverencia en la Discusión Lealtad en la Acción!
¡Sin Chávez no hay Socialismo y sin Socialismo no hay Chávez!

4.1.08

LA MODERACIÓN MANTUANA

En las revoluciones siempre aparece la tendencia moderada, es aquella que tiene la ilusión de hacer una Revolución sin romper radicalmente con el pasado. Algo así como una Revolución a medias, unos cambios controlados, moderados, cosméticos. El resultado es patético, esta tendencia moderada siempre termina en el campo restaurador.

La historia nuestra es rica en este tipo de tendencias moderadas. Veamos.
En la época de la independencia se movían en el paisaje político dos tendencias fundamentales:
Una, la de la Independencia y cambios sociales profundos, allí se encontraba José Leonardo Chirino, líder negro que tenía conexión con los revolucionarios de Haití, y también en esta tendencia se inscriben Gual y España, precursores de la rebeldía contra el imperio español y contra el sistema que aquí sustentaba su dominación.
La otra, la tendencia moderada, que representaba a los intereses mantuanos. A lo más lejos que llegaban los más avanzados en esta tendencia era a plantearse la independencia del imperio español, pero sin cambiar el sistema social que aquí sustentaba su dominación.
En esta tendencia encontramos a los mantuanos que en 1810 planteaban sólo formar una Junta Protectora de los Derechos de Fernando VII, eran los mismos que se pusieron a la orden del Rey para defender la colonia de los intentos de Gual y España y de las expediciones de Miranda.
Miranda estaba a la izquierda de estos mantuanos, sin embargo, no terminaba de dar el salto revolucionario. Miranda, en una carta dirigida a Jhon Turnbull, fechada en 1798, afirma:
… “que tanto como deseo la libertad e independencia del nuevo mundo tanto más temo a la Anarquía y al Sistema Revolucionario”.
Temía Miranda que la Revolución de Haití caminara por toda la América. Y , según Carmen Bohórquez:
“El levantamiento de los esclavos en los Valles del Tuy y Barlovento se cuentan entre las razones que llevaron a Miranda a capitular”.
La experiencia histórica es clara. La Revolución de la Independencia mientras quiso ser moderada fue inviable, sólo fue posible cuando Bolívar dio el salto y fue a las últimas consecuencias, es decir, cuando comprendió que había que luchar contra el imperio opresor y el sistema que aquí lo representaba, por eso dirigió su prédica contra la columna principal que lo sustentaba, contra la esclavitud.
Hoy la Revolución Bolivariana tiene el mismo dilema: o avanzamos a sustituir el sistema capitalista, sustituyendo la hegemonía de la propiedad antisocial de los medios de producción, que permite la apropiación del trabajo ajeno, lo que viene a ser una forma sofisticada de esclavitud. Repetimos, o sustituimos este sistema capitalista equivalente a la esclavitud, por el Socialismo, o la Revolución es atrapada nuevamente por la moderación mantuana.
Bolívar no pudo fracturar la columna principal del sistema aquel, no pudo acabar con la esclavitud, y al final la oligarquía, la moderación mantuana lo confinó a San Pedro Alejandrino, tal como antes había enterrado a Miranda en La Carraca.
¡Sin Chávez no hay Socialismo y sin Socialismo no hay Chávez!

3.1.08

IDEOLOGÍA, ESTADO Y DIRECCIÓN

Los capitalistas, siempre enemigos del Socialismo, atacan al proceso en muchos flancos, pero principalmente en la ideología, ellos saben que derrotando, confundiendo a los revolucionarios en este campo, yugulan la posibilidad de avanzar hacia el Socialismo.

Donde la oligarquía pone más empeño en sus ataques, es en la ideología. Sabe que una ideología, una teoría clara, las ideas justas de que hablaba Martí, son capaces de derrotar ejércitos y fundar universos. Veamos.
Desde que el Comandante decretó la meta de ir hacia el Socialismo, inmediatamente entraron en acción las artimañas para impedir la construcción de un cuerpo teórico riguroso que nos permitiera definir rumbos.
Se dijo que nuestro Socialismo era nuestro y no se parecería a ninguno. De esta forma y de un plumazo, se desechó todo el acervo teórico de siglos de trabajo, de estudio y de lucha revolucionaria universal.
Se desprestigiaron las históricas experiencias revolucionarias, se magnificaron errores, se falsificaron las causas de las derrotas, y se sacaron conclusiones que mutilaban la posibilidad de aprender de la extraordinaria riqueza teórica de aquellos eventos. De esa manera, por ejemplo, se despreció a los bolcheviques, y toda la riqueza de la Revolución soviética se simplificó en una sola palabra: ¡fracasó!
Se citaron fuera de contexto ideas de los grandes pensadores patrios para justificar la improvisación, así el “inventamos o erramos” de Simón Rodríguez, se usa para justificar cualquier disparate.
Se desacreditó a la discusión, endosándole indisciplina.
Esta deformación, de la que lo anterior son sólo ejemplos, ha hecho su labor de zapa. Hoy encontramos el absurdo de “teóricos” que deberían definir al Socialismo, y sólo dicen con desfachatez que el Socialismo nuestro no se sabe cómo será, que se “inventa en el día a día”, de esta manera lo despojan de rigor y precisión teórica. Así lo debilitan condenándolo a la confusión y a ser presa fácil de las corrientes enemigas.
Es imprescindible un cuerpo teórico sólido, definido, del Socialismo Bolivariano, que adapte la experiencia universal a nuestras condiciones, que se enriquezca con nuestras experiencias históricas, que se nutra del árbol de las tres raíces, y también de Cristo, de Salvador de la Plaza , de Fabricio, de Américo Silva, y también de Martí, de Lenin, de Trotsky, de Rosa Luxemburgo, de Mao, del Che y de Fidel, y por supuesto, de Marx. No hacerlo bañará de confusión y ambigüedad a todas las actividades de la Revolución : la formación del partido, la recuperación de las señales radioeléctricas, la función del Estado, las relaciones de propiedad, la inversión de la renta.
Para la Revolución Bolivariana es tarea de primer orden construir un cuerpo teórico definido del Socialismo Bolivariano. Un Estado Socialista poderoso, con personalidad, capaz de dirigir sin complejos a la sociedad. Un centro de dirección política. Estos tres pilares potenciados y potenciando el liderazgo del Comandante Chávez son garantía de avance en el rumbo al Socialismo.
¡Chávez no se negocia!

¡El Socialismo no se negocia!
!Sin Chávez no hay Socialismo y sin Socialismo no hay Chávez!
¡Irreverencia en la dioscusión, LEALTAD en la acción!
¡Orden del Libertador para los Cinco Héroes Defensores de la Humanidad !

30.12.07

PROLETARIZACIÓN DE LA REVOLUCIÓN

El Che Guevara escribe en El Socialismo y el Hombre en Cuba, que en la guerrilla de la Sierra Maestra se dio un proceso de proletarización del pensamiento.

Esta afirmación indica un salto inmenso en la teoría revolucionaria y propina una fuerte derrota al dogmatismo, abriendo el camino hacia la posibilidad revolucionaria en los territorios periféricos pocos desarrollados de los imperios. Expliquemos.
Una dogmática interpretación de la teoría revolucionaria, soldaba mecánicamente la ideología de una clase con esa clase, de esta manera las ideologías eran privadas de movilidad, es decir, la ideología proletaria era propia, única del proletariado, estaba consustancialmente unida a él, no podía existir sino asociada a él. Lo mismo sucedería con la ideología oligarca, estaría ligada a la clase oligarca.
Se ignoraba el hecho de que la dominación es posible porque la ideología de la clase dominante coloniza el alma del dominado, migra. De esa misma forma, la liberación es posible porque la ideología liberadora la del proletariado también migra hacia otras clases. Este dogmatismo también ignora el hecho de que las ideologías son universales, propias de toda la geografía humana. Es suficiente que en una parte del mundo existan las condiciones materiales que la sustenten para que en cualquier parte del planeta surjan esas ideologías.
Así, la teoría proletaria es edificada sobre las condiciones materiales de Inglaterra. Con el instrumental filosófico de Hegel y Marx que surge en Alemania. Aprende de la práctica francesa, la comuna. Y tiene su primera aplicación práctica en Rusia, país rezagado en el desarrollo imperialista. Aquí se muestra lo universal y la migración de las ideologías.
El Che nos devela uno de los grandes logros de la Revolución Cubana , quizá el mayor: siendo una Revolución campesina, liderizada por individuos surgidos de la clase media, es capaz de apropiarse del pensamiento revolucionario proletario universal y conducir a ese Pueblo hacia las metas más avanzadas que la humanidad se ha planteado en toda su historia: recomponer la sociedad, derrotar definitivamente al capitalismo forma superior de la esclavitud, y enrumbarse hacia la redención del humano.
La esencia de la ideología proletaria es la transformación de la sociedad para impedir que unos hombres se apropien del trabajo de otros hombres, cambiar la manera de consumir y de producir y, entrelazada con esas nuevas bases, construir una Nueva Espiritualidad, una Nueva Cultura, una Nueva Moral, unas Nuevas Luces. Siguiendo esta experiencia, nutriéndose con la enseñanza de la Revolución Cubana , la Revolución Bolivariana debe proletarizarse, superar su etapa pequeño burguesa, caracterizada por los intentos de morigerar al capitalismo y, enrumbarse decididamente hacia la construcción, sin ambages, de la sociedad del amor, la libertad, hacia la construcción del Socialismo.
Si no conseguimos dotar a la Revolución de la ideología proletaria, si el Pueblo no hace suya la ideología, la moral y las luces de esa clase, que por explotada, es génesis de ideas libertarias, entonces, irremediablemente no podrá avanzar hacia las hermosas metas propuestas.
¡Sin Chávez no hay Socialismo y sin Socialismo no hay Chávez!