20.9.08

VALORES SOCIALISTAS

La reafirmación de los valores socialistas es muy importante en esta etapa del camino cuando nos encontramos amenazados por peligros varios, desde la cuarta flota hasta la guerra mediática deformadora de la realidad, que tan buenos resultados les dio a los oligarcas en diciembre pasado.
Los valores socialistas nos fortalecerán, y producirán poco a poco al hombre nuevo que se precisa para construir la sociedad feliz que aspiramos. Sin hombre nuevo no hay Socialismo.
Exploremos, cuáles son estos valores socialistas:
El valor fundamental, el que está en el origen, el que soporta y le da sentido a la causa Socialista, es el AMOR. Podríamos decir que el rescate del verdadero amor, crear condiciones, tiempo y lugar para el amor, es el objetivo primordial del Socialismo.
Es acertado el Comandante cuando dice que el primer Socialista es Cristo. Cuando Cristo predica el “amaos los unos a los otros” está sentando las bases primordiales del Socialismo.
El capitalismo, con su voracidad de acumulación, está destruyendo las condiciones para la vida en el planeta y disminuyendo las posibilidades para el amor. Ha transformado a la sociedad en una guerra de todos contra todos, y al hombre en una isla temerosa de sus semejantes.
El segundo valor es la construcción y defensa del Socialismo, que es el territorio indispensable para rescatar al amor. La existencia del Socialismo es condición previa para su perfección, es deber de los socialistas luchar por el Socialismo, por su construcción, por su defensa.
El tercer valor es la Conciencia del Deber Social, esto es, la conciencia de que sólo en sociedad se pueden resolver los problemas materiales del individuo, y se pueden establecer relaciones amorosas, de ayuda mutua, de crecimiento compartido, de confianza, acabando así con la soledad del hombre-isla propio del capitalismo.
El cuarto valor es la Propiedad Social de los medios de producción. Sólo así el hombre puede trabajar para la sociedad toda. Y cuando el hombre trabaja para la sociedad, su vida adquiere un sentido de cooperación, de ser útil, de ser social, que se entrelaza con la Conciencia del Deber Social, preparando las condiciones materiales y espirituales para la formación del hombre nuevo.
De estos valores se desprenden todos los demás. Se tiene en ellos una dirección, una manera de calibrar nuestra conducta socialista, se tiene una medida que ayude a perfeccionarnos, se dispone de una guía. Veamos, algunos ejemplos.
Si se es amoroso se tiene Conciencia del Deber Social y se trabaja para la sociedad, entonces no se puede ser corrupto, por que la corrupción es una acción individualista, egoísta, perjudica a la sociedad.
Si se es amoroso se tiene Conciencia del Deber Social, y se trabaja para la sociedad. Entonces, se tendrá conciencia de la importancia del trabajo de cada uno, éste se realizará de la mejor manera posible, se investigarán formas de rendir más, no habrá ausentismo, el trabajo adquirirá el carácter de realización del humano y no de explotación.
¡Chávez es Esperanza Socialista!

19.9.08

REALIDAD MEDIÁTICA

La Revolución Bolivariana está librando el combate más importante de toda su historia, se trata del combate contra la “Realidad Mediática.”
Los aparatos de desinformación oligarca han llegado a tal perfeccionamiento, que tienen la capacidad de crear “Realidades Mediáticas” que manipulan a su libre voluntad, de esta forma nos sumergen en un mundo ficticio, en un mundo de “realidad-ficcional” que justifica y asegura sus tropelías.
Este mundo de mentira, esta esquizofrenia colectiva, es la mayor arma de defensa del sistema oligarca, y derrotarlo, sustituirlo por el mundo real-real, es la principal tarea de los revolucionarios.
Es una batalla difícil, en la que el enemigo oligarca cuenta con muchas ventajas:
Tiene poderosísimas armas, los medios de desinformación: la televisión, las grandes cadenas de noticias mundiales, la prensa nacional y mundial, las radios, todos son “cañones mediáticos” al servicio del enemigo, nos bombardean veinticuatro horas al día, son jueces de ética, construyen hechos como las “bombas de destrucción masiva en Irak”, que justifican sus acciones criminales, crean santos y villanos, construyen delitos y ocultan crímenes.
Sus campañas de difusión de valores y patrones de conducta tienen como finalidad fragmentar a la sociedad. Para su dominación mediática, necesitan de un hombre aislado, náufrago, encapsulado en su vida infeliz. De esta manera, sin comunicación, no tiene más referencia que la pantalla del medio deformador, su criterio de verdad es el noticiero, las novelas y las propagandas, desde allí le dictan la moda, pero también le imponen en qué creer, lo manipulan al antojo de los grandes intereses.
¿Qué deben hacer los Revolucionarios?
Lo primero es comprender que estamos en combate contra la fuerza más importante de la contrarrevolución, la que nos puede hacer más daño, más importante que la IV flota, que los arrebatos de los sifrinos del Este.
De aquí se desprende que la batalla cultural, la batalla de ideas, de valores, la lucha por la elevación de la Conciencia del Deber Social, es fundamental para los revolucionarios.
Delimitado el escenario de la lucha revolucionaria, es necesario precisar cuáles son las armas que los revolucionarios deben usar en esta guerra.
Por supuesto que es necesario usar los medios de difusión, la televisión, la radio y la prensa deben ser pilares en esta contienda. Pero no es suficiente, la acción decisiva en la batalla es la organización de la sociedad. Veamos.
El objetivo estratégico de la Revolución Socialista , es la integración de la sociedad, la incorporación del individuo a la sociedad, que deje de ser un huérfano, la recuperación del sentido de pertenencia, la construcción de relaciones amorosas con sus semejantes y con la naturaleza.
Y esto es así, porque sólo el hombre en sociedad, en contacto afectivo con sus semejantes y con su entorno, es capaz de desarrollar todas sus potencialidades y de defenderse de la deshumanización.
Contra las ofensivas mediáticas oligarcas, que atentan contra la esencia humana, no hay mayor defensa que una sociedad unida, un hombre conciente de su humanismo, reflejado en los otros hombres y no en la pantalla.
¡Chávez es humanismo!

18.9.08

LOS MECANISMOS DE LA HEGEMONÍA

En la sociedad capitalista cohabitan dos culturas. Una hegemónica, la cultura del capitalismo, de la rapiña, del egoísmo. Y la otra, la cultura abatida, de la liberación, del humanismo, del amor.
Una pregunta que surge de esta situación:
¿Cómo es posible que una clase minoritaria, la capitalista, ejerza esa hegemonía, conduzca al resto de la sociedad? O dicho de forma más sencilla ¿Cuáles son los mecanismos de la hegemonía? Veamos.
La hegemonía no se sostiene en el mundo material, se afinca en la espiritualidad, es allí donde se escenifica la gran batalla. Cuando la mayoría de la sociedad deja de justificar a un sistema, cuando lo cuestiona y deja de entenderlo como natural, inamovible, entonces los días de ese sistema están contados.
Por el contrario, si la mayoría acepta como una fatalidad al sistema, lo justifica, ese sistema está anclado en el alma de la sociedad y tiene asegurada la perpetuidad.
De aquí se entiende que los mecanismos que establecen la hegemonía tienen como objetivo la espiritualidad.
La estructura psíquica que soporta estos mecanismos se instalan en la tierna infancia, el miedo, la culpa, las recompensas, los castigos, son algunos de ellos. Sobre esa psiquis actúan los mecanismos hegemónicos o de dominación.
Al principio eran preponderantes los mecanismos religiosos, las iglesias ejercían gran influencia sobre las almas. Era el púlpito, el sermón, el centro de la hegemonía cultural, de allí salía la aprobación o la desaprobación, el miedo era manejado con destreza. Recordemos los ataques de la iglesia al Libertador y a Miranda.
Apareció la radio, y Orson Welles nos hizo conocer su poder cuando simuló una invasión de marcianos y la ciudad de New York entró en pánico.
Llegó el cine y la imagen cautivó al hombre. Posteriormente se unió la imagen al sonido y nació un poderoso instrumento de manipulación. Cuando el cine se hizo televisión, se produjo la invasión de la pantalla a la intimidad, y la dominación adquirió niveles letales.
Así, la manipulación psíquica adquirió la fuerza para crear “realidades paralelas”, “realidades-ficción”, que son manejadas por las clases dominantes.
Los revolucionarios tienen que lidiar con estas fuerzas inéditas, capaces de dirigir el consumo y la producción, las angustias y las alegrías, de dictar la forma de vestir y la de caminar, de determinar el lenguaje, de hacer de una palabra anatema y sublimar a otra. Fuerzas capaces de hacer de un asesinato una virtud, y de una virtud un asesinato.
Contra estas fuerzas luchan los revolucionarios. Es necesario derrotarlas para construir el Socialismo, un mundo sano, acabar con la esquizofrenia cultural que nos conduce a la extinción.
La batalla debe darse en los medios de difusión, prensa, radio, televisión, en ellos deben prevalecer los valores de la nueva cultura, pero no está allí la principal trinchera de la batalla, pelear sólo allí nos alejaría de la realidad-real y de la gente. La batalla principal es en la organización del pueblo, que es en otras palabras el restablecimiento de la integración social.
¡Chávez es Esperanza Socialista!

17.9.08

UNA NUEVA CULTURA, UN HOMBRE NUEVO

Lo que en definitiva se escenifica en el mundo, y por supuesto también en Venezuela, es la guerra entre dos culturas.
Es una lucha milenaria que viene desde las profundidades de la historia, desde la desaparición de la Propiedad Social de los medios de producción, y el aparecimiento del exabrupto de la propiedad nosocial de los medios de producción.
Toda forma hegemónica de propiedad de los medios de producción está entrelazada a una cultura que la justifica y que contribuye a su reproducción y perpetuación. De allí que en el mundo se enfrentan dos culturas:
La cultura que justifica la apropiación del trabajo ajeno, enfrentada a la cultura que reivindica al hombre como ser social, que entiende que sólo puede expresar todas sus potencialidades viviendo en una sociedad integrada, donde la lucha de todos contra todos sea sustituida para la cooperación, dicho de otra forma, una sociedad del amor, en sustitución de la sociedad del egoísmo.
La cultura que justifica la apropiación del trabajo ajeno, que es lo mismo que decir el trabajo esclavo con sus diferentes matices, es necesariamente la cultura del egoísmo, prestigia el individualismo egoísta, se rige por el principio de "si da lucro al individuo, es licito". Y si es una sociedad donde la vida del hombre, su tiempo, se puede comprar, es una mercancía, entonces todo es mercancía, factible de ser comprado, todo lo espiritual y todo lo material, desde una aguja, hasta el amor, la reputación, la salud.
Esta es la economía dominante y, por supuesto, la cultura dominante. Contra ellas luchamos, la Revolución es en esencia la sustitución de esta cultura. Todas las transformaciones, las medidas que tome la Revolución, deben tener esta meta.'
Si alguien quiere resumir la Revolución, al Socialismo, en una sola frase, esa frase es: "una nueva cultura", "un hombre nuevo", guiado por profundos sentimientos de amor. De aquí se desprenden, se determinan, todos los cambios.
Los cambios en la relación de propiedad, tienen como fin apuntalar la nueva actitud con el trabajo, pilar de la nueva cultura.
Esta nueva cultura del trabajo es impensable sin una hegemonía de la Propiedad Social de los medios de producción, que permita que el trabajo sea beneficioso para toda la sociedad y no para una fracción de ella. Sólo trabajando para la sociedad toda, se puede liberar al trabajo de su enajenación, y se sentarán las bases para la nueva cultura.
La organización social tendrá como fin restaurar a la sociedad, fragmentada por las necesidades del sistema egoísta en millones de individualismos. El tejido social así construido, devolverá al individuo el sentido de pertenencia de la sociedad, se sentirá amparado, dejará de ser náufrago.
Los valores difundidos por las manifestaciones culturales serán los valores del amor, la fraternidad, la cooperación, en contra de los valores del egoísmo, la agresión gratuita, el odio.
Toda la nueva cultura estará al servicio del hombre en sociedad.
!Chávez es Esperanza Socialista!

16.9.08

TAN MALO ES CREER, COMO NO CREER

Tan malas son las posiciones dogmáticas, aquellas que hacen del conocimiento un ladrillo calcificado que no evoluciona, que no se adapta a las nuevas circunstancias del tiempo y del lugar, como también son dañinas las posiciones que ignoran toda la experiencia teórica y práctica del esfuerzo revolucionario de la humanidad.
No se puede inventar sin estar apoyado en la experiencia universal, sería improvisación, intentar hacerlo es el peor de los despilfarros vitales. Por ese camino daremos vueltas en círculos, para encontrar, después del fracaso, que sólo intentábamos descubrir el agua tibia, o que la tierra es redonda.
Fidel nos ilustra magistralmente esta situación en el acto por el aniversario 60 de su ingreso a la universidad, efectuado en el Aula Magna de la Universidad de La Habana el 17 de noviembre de 2005 , donde nos dice:
… “Una conclusión que he sacado al cabo de muchos años: entre los muchos errores que hemos cometido todos, el más importante error era creer que alguien sabía de socialismo, o que alguien sabía de cómo se construye el socialismo.”
Se refiere a los dogmáticos, que querían trasladar fórmulas de manera mecánica. Pero más adelante, en el mismo discurso, añade:
“Hubo quienes creyeron que con métodos capitalistas iban a construir el socialismo. Es uno de los grandes errores históricos. No quiero hablar de eso, no quiero teorizar; pero tengo infinidad de ejemplos de que no se dio pie con bola en muchas cosas que se hicieron”.
Nos ilustra Fidel, que el dogmatismo es el problema. Es decir, el traslado mecánico de las experiencias universales, pero que es de esas experiencias de donde el revolucionario debe nutrirse, con el espíritu amplio, para adaptar ese conocimiento a sus realidades. Es así que debemos entender el “inventamos o erramos” o “el error de creer que alguien sabía cómo se construye el Socialismo”
Más adelante, en el mismo discurso, Fidel concluye:
“Hoy tenemos ideas, a mi juicio, bastante claras, de cómo se debe construir el socialismo, pero necesitamos muchas ideas bien claras y muchas preguntas dirigidas a ustedes, que son los responsables, acerca de cómo se puede preservar o se preservará en el futuro el Socialismo”…
Las revoluciones deben aprender mientras caminan, deben innovar, enriquecer la teoría y la práctica, deben inventar, errar, luchar contra la tentación dogmática. Todo eso es verdad. Pero el peligro más importante de las revoluciones en el trópico, de esta Revolución Bolivariana, es la desviación pequeño burguesa, que surge con fuerza en cada esquina, detecta resquicios, debilidades, y por allí inyecta el extravío.
Amparados en “la necesidad de inventar”, embisten contra las bases mismas del Socialismo, contrabandean las armas melladas del capitalismo, pretenden construir el Socialismo sin superar al capitalismo.
Es necesario, entonces, explorar las características propias de nuestro Socialismo, pero cuidando que sea Socialismo, esto es, que rescate la Conciencia del Deber Social entrelazada con la Propiedad Social de los medios de producción. Sobre esos pilares construir.
¡Unidos con Chávez avanzaremos hacia el Socialismo!

15.9.08

ALLENDE, EVO Y CHÁVEZ

Un hilo vital enlaza la trayectoria de estos tres revolucionarios, los tres forman parte de un mismo intento histórico. Veamos.
Después de la caída del Che en Bolivia, y de la profundización de la coexistencia pacífica que patrocinaba la Unión Soviética , la vía armada revolucionaria fue dejada en el hombrillo de la historia, tomando su lugar la vía pacífica para hacer Revolución.
No nos ocupemos de los que escogieron este camino para disfrazar su deslizamiento al campo oligarca. Hablemos de los auténticos revolucionarios y las enseñanzas que su trayectoria nos deja.
La Revolución pacífica necesita mucho estudio, análisis para descifrar sus leyes. De allí que la experiencia de Allende sea buen material para investigar.
Allende es el primer intento de hacer una Revolución por vía pacífica, batallando dentro del campo oligarca, con sus leyes e instituciones. Veamos qué fuerzas comienzan a actuar cuando esa Revolución pacífica comienza a desplegarse.
Cuando Allende gana las elecciones el primer elemento importante es que, aún antes de tomar posesión del cargo, el imperio decreta su derrocamiento. No había tomado ninguna decisión y el imperio disponía su caída.
Primera enseñanza, el imperio no perdona a una Revolución, pacífica o armada, no necesita excusa, contra ella siempre enfila toda su fuerza.
El segundo elemento importante es que las fuerzas oligarcas internas se unen contra la Revolución pacífica. Sobre todo usan su poder mediático. Uno de los elementos que más daño hacen a la Revolución pacífica son los medios en manos enemigas.
Segunda enseñanza, una Revolución pacífica tiene que resolver el acoso mediático con rapidez, sino éste irá acribillando el alma del pueblo.
Ahora bien, la fuerza más importante de la contrarrevolución no es la fuerza de las armas ni el poder mediático, es la corriente reformista que habita en el seno de la Revolución.
Por las mismas características de su arribo al poder, ganando unas elecciones oligarcas, que requieren alianzas con sectores menos comprometidos, la Revolución pacífica llega al poder cargada de reformismo.
Ese reformismo, a medida que la Revolución avanza, intenta imponer sus vacilaciones: plantean ir poco a poco, hacen concesiones al capitalismo, inventan fórmulas atenuadas de capitalismo, lanzan puentes hacia los oligarcas, se deslizan hacia el centro, proponen pactos, diluyen la lucha de clases. Desdibujan a la Revolución.
De esta manera, cumplen su papel: dejar sin alma a la Revolución pacifica, enmarañarla con la democracia oligarca, debilitar al líder, presentarlo a lo sumo como un buen gobernante, que ha hecho cosas, construido obras, nunca como un transformador de estructuras sociales. Así la opción revolucionaria se parece a cualquier otra opción que pueda presentar la oligarquía, se diferencian en la cantidad, no en la calidad.
El papel del reformismo interno es hacer que el pueblo se divorcie de la Revolución , se aleje, pierda la emoción. Y después que esto sucede el terreno está servido para que actúe el fascismo.
Tercera enseñanza, la Revolución pacifica debe profundizarse espiritual y materialmente, sólo así mantendrá al Pueblo a su lado.
!Con Chávez avanzaremos hacia el Socialismo!

14.9.08

LA REALIDAD Y LA FANTASIA

Fue suficiente la grabación de unas llamadas telefónicas, para trasladarnos de la ficción electoral a la realidad del enfrentamiento de clases. Es que la realidad es terca, no se deja atrapar por el voluntarismo.
Vanos fueron los esfuerzos por crear una calma basada en el colaboracionismo de empresarios y humildes, vano los esfuerzos por hacernos creer que el problema social del capitalismo es un asunto de buena voluntad, por esa vía no se conquista la paz ni construiremos Socialismo.
Bastó que asomara el intento de asesinato del Comandante Chávez, para que la jauría fascista emergiera del alma de los escuálidos y mostraran su verdadero talante. Por defender sus privilegios son capaces de cualquier tropelía, el fascismo los habita.
La actitud de la oposición es criminal, nadie condena el hecho. Unos lo ignoran, otros lo deforman, otros atacan al gobierno, y hay algunos que quieren el cadáver como prueba de que el atentado era verdadero, todos se alegran. Su pretendido carácter democrático es un fraude.
¿Qué debemos hacer los revolucionarios?
La oportunidad que nos trae la alerta de magnicidio es valiosísima, debemos aprovecharla para la reflexión.
Primero, nos demuestra que las revoluciones pacíficas deben estar preparadas siempre para el enfrentamiento cruento, y esta preparación es organizativa, política, pero sobre todo ideológica. Sólo la claridad de ideas nos dará la fuerza suficiente para triunfar.
Segundo, sólo la movilización del pueblo derrotará a sus enemigos. La movilización revolucionaria es organizada, conciente, disciplinada. La movilización es fundamental para construir y para defender al Socialismo.
Tercero, para que se dé la movilización revolucionaria, es necesario la claridad de ideas: el pueblo necesita razones sagradas por las cuales luchar, razones por las cuales valga la pena dar la vida si ese fuese el caso. Reducir el pueblo a metas pequeñas, de meras soluciones a los problemas de su entorno, lo desmoviliza.
El pueblo debe entender con el alma que el Socialismo es una necesidad vital, que construimos al Socialismo o la existencia se transformará cada día más en un infierno, que sólo el Socialismo nos da esperanza de construir un mundo donde nosotros y nuestros hijos puedan vivir como seres humanos.
Cuarto, para que se realice la movilización revolucionaria, es necesaria una Dirección y una organización. Las masas no pueden ser dejadas a merced del espontaneísmo anarcoide. El pueblo debe estar al lado de esa Dirección a todos los niveles. Es necesario derrotar la ideología anarcoide que tanto daño nos ha hecho.
La situación es de crisis, y la crisis es revolucionaria, es una oportunidad para avanzar, por lo tanto es necesario creer en el Socialismo, derrotar las tesis colaboracionistas, que a la primera dificultad se devuelven como gallinas despescuezadas hacia el capitalismo.
Debemos aprender de la realidad: es necesario no ilusionarse con las treguas que nos da el enemigo oligarca, siempre estar alerta, aprovechar esas treguas y prepararse para enfrentar la próxima ofensiva, acerar el alma del pueblo, no crearle falsas ilusiones, robustecer su espíritu de combate.
¡Con Chávez avanzaremos hacia el Socialismo!