25.10.08

LA ESPERANZA

Se requiere que el pueblo perciba, sienta la diferencia, entre la Revolución y el resto de las proposiciones de país, las pasadas y las futuras.
Sólo así podremos entender la necesidad de dar los combates que el camino de redención nos depare.
Sólo un pueblo conciente de la necesidad de Revolución, y conciente de que es este proceso el único capaz de conducir la búsqueda de estos cambios, puede salir exitoso de los ataques de la oligarquía.
Lo primero es recordar los tiempos cuando el capitalismo no estaba en entredicho: los humildes eran carne de “cañón electoral” los problemas existían sin esperanza de solución, al contrario, se profundizaban. Los medios estaban al servicio de crear una imagen, una ficción que impidiera percibir la realidad, la futilidad llenaba las páginas de periódicos y pantallas. Sembraban egoísmo y dispersión popular.
Después de la cuarta, Venezuela, bajo la tutela de la Revolución Bolivariana , emprendió el camino de su redención.
No ha sido un camino recto, es una búsqueda de soluciones donde se han cometido errores, unos por falta de experiencia, otros por lo inédito del camino, otros promovidos por los infiltrados.
Recordemos que las revoluciones suceden en medio de una feroz lucha de clases, los oligarcas de viejas y nuevas hornadas están dentro de la Revolución impidiendo de mil maneras su avance.
Se ha luchado contra los enemigos externos, contra el imperio y sus lacayos, y también hemos enfrentado a los enemigos internos, éstos más peligrosos porque son más difíciles de detectar y conducen el proceso por sendas extraviadas. Baste recordar a miquelena para entender lo complicado y sutil de la lucha interna.
¿Cuál es la diferencia con el pasado, cuál es en el fondo lo que debemos defender?
Tenemos un líder que resume los más sentidos anhelos de la sociedad humilde. Esto es un valor indispensable para una Revolución, el pueblo en Revolución debe, tiene que parir un líder que resuma, simbolice la lucha. Así fue con Zamora, con Bolívar, Fidel, Martí, y así fue con el Che, y con Fabricio.
No es común el aparecimiento de un líder, porque no es común que un pueblo se identifique, establezca una relación amorosa. Esa es una gran diferencia con el pasado. El tener un líder es una gran ventaja frente al desierto del pasado.
Además, tenemos un pueblo que identificado con ese líder participa en la difícil búsqueda del camino de redención, se equivocan juntos y aciertan juntos, convencidos que el corazón es noble y la intención es avanzar.
Y lo que es más importante, tenemos la Esperanza de avanzar hacia el Socialismo, la posibilidad de resolver de raíz los problemas de la existencia, que sin duda provienen del capitalismo que queremos superar.
En las regionales debemos defender al líder, al pueblo humilde que despierta, y por sobre todas las dificultades debemos defender la Esperanza. En Noviembre la Esperanza no debe morir.
¡Fortalecer a Chávez, la Esperanza no debe morir!

23.10.08

DOS PELIGROSOS ENEMIGOS

Es en la hora de la acción, en las definiciones, cuando las ideologías enemigas emergen y atacan a los procesos revolucionarios.
Ahora, cuando estamos en etapa de definición, enfrentando al adversario oligarca en unas elecciones que decidirán el destino del país y de la Revolución , aparecen dos ideologías de alto peligro. Veamos.
Son el anarquismo y el localismo, hijos predilectos del egoísmo y del individualismo. En esta Revolución, impulsados por desviaciones pequeño burguesas, han prosperado.
El anarquismo se presenta en estos países mezclado con una fuerte dosis de oportunismo, es así que podemos encontrar un alto funcionario del Estado que se declara anarquista, “enemigo del Estado”, y hasta escribe libros y teorías contra el Estado que les subsidia sus centros de estudios.
No es oportunidad para explorar a profundidad los daños y peligros de la desviación anarquista, ahora nos límitaremos a señalar los peligros para la batalla electoral.
El anarquista o anarcoide, rechaza a la organización nacional, al Estado administrador e integrador de la sociedad, prestigia una suerte de voluntarismo, de espontaneismo, desde esa posición sabotea la disciplina, la necesidad de una dirección, sólo opera desde los apetitos del momento, es incapaz de engranar la táctica con la estrategia, por lo tanto incapaz de enfrentar un enemigo que tiene planes sumamente sutiles y elaborados.
Priva al pueblo de su vanguardia, lo deja inerme frente a los enemigos, incapaz de retiradas y de ofensivas organizadas, inútil para los requiebros tácticos, siempre frontal, visceral.
El anarcoide es incapaz de entender el planteamiento de estas elecciones, es incapaz de ir más allá de las apariencias, de captar que vota por un proyecto, por una esperanza, su mundo es el mezquino inmediatismo.
El anarquismo es pariente cercano del localismo, éste tiene la visión corta del que considera, como decía Martí, que su aldea es el mundo, no ve más allá de sus pequeñas laderas. El localismo tampoco permite entender la magnitud, la grandeza de la batalla, en la que cubierto con lo electoral local se oculta una importantísima decisión nacional.
Los dos, anarcoide y localista, son peligrosos enemigos de la Revolución , nos pueden conducir a derrotas innecesarias.
Es urgente combatirlos, dar a las elecciones su componente nacional, convocar al pueblo para lo grande, para lo trascendente, dotarlo de argumentos para dar la batalla contra estos dos flagelos, impregnarlo de razones sagradas por las cuales luchar, superar la miopía local.
Y sobre todo que entendamos la necesidad de proteger la identificación líder, que es pueblo, y pueblo que se resume en líder.
Sólo fortaleciendo a Chávez podemos mantener viva la posibilidad de seguir avanzando. Con Chávez debilitado, las derechas truncarán a la Revolución, volveremos al capitalismo, el pueblo se sumirá en el desamparo, donde los problemas de hoy se multiplicarán y no habrá Esperanza de solución, ni lugar para hacerse oír. Perderemos la voz y el futuro.
Nada justifica atentar contra la Esperanza, contra la Revolución, contra Chávez.
¡Fortalecer a Chávez, llegó la hora de la lealtad!

22.10.08

LOS DÍAS QUE VENDRÁN

Después de noviembre tendremos un nuevo paisaje político. Ya en el horizonte se vislumbran señales. Las fuerzas en pugna preparan sus proyectos con los que intervendrán en la lucha por la hegemonía.
En el campo oligarca se perfilan dos opciones bien definidas:
Una, que propone un acuerdo de gobernabilidad, aprovechando la crisis que presagian con la caída de los precios del petróleo, y se apoya en la debilidad que en algunos sectores dirigentes de la Revolución produce la falta de confianza en el Socialismo, estos a la menor dificultad proclaman: “pacto”, “conciliación”, “concertación.”
Está vía está avalada por la embajada gringa, así lo demuestran los voceros, los columnistas que lo impulsan: conspicuos agentes yanquis.
La proposición es muy sencilla: Primero crean una amenaza de ingobernabilidad, puede que la impulsen con algunas acciones desestabilizadoras, luego tienden puentes a sectores de este lado que le son económicamente afines, esto es, que son capitalistas francos o partidarios del híbrido capitalsocialismo. Finalmente lanzan la proposición: “un pacto de gobernabilidad” que lleva la participación de esos sectores en el gobierno, y la garantía de no perseguir, no tocar los intereses de los que se plieguen a este pacto.
Del lado de allá está opción se manifiesta claramente, basta leerlos para dar con las muestras de la supuesta “sensatez” de sus voceros más radicales.
La otra opción es la ya denunciada del golpe y del magnicidio, que a duras penas han conseguido parar hasta después de las elecciones, pero que siempre está vigente.
Las dos opciones no se excluyen, al contrario, se potencian mutuamente, y el imperio y sus lacayos escogerán la que tenga más fuerza.
En el lado nuestro, además de la opción conciliadora, que por ahora se manifiesta con suma timidez, pero que existe y tiene mucha fuerza, está presente la opción revolucionaria, que postula que debemos crecernos, como el Libertador, en las dificultades, que siempre, pero más en las crisis, el Socialismo es la solución, que tiene confianza en que el pueblo entenderá las propuestas revolucionarias de su líder, y de la Revolución , por tanto, propone rectificar lo que haya que rectificar y profundizar los aciertos, todo siempre dentro del camino al Socialismo.
Las diferentes corrientes se preparan para los días que vendrán, todos mueven sus piezas.
¿Qué debemos hacer los revolucionarios?
Es necesario ratificar el apoyo incondicional al Comandante Chávez, el rumbo de esta Revolución depende de él.
Segundo, es imprescindible redoblar los esfuerzos teóricos para combatir los extravíos que ya la conciliación comienza a proponer.
Tercero, hay que construir los Destacamentos de Vanguardia, que serán la columna vertebral, disciplinada, conciente del Socialismo.
Y por sobre todo es necesario entender que el éxito en el combate futuro dependerá en gran medida del resultado electoral. Por eso es necesario que los candidatos del Comandante, por encima de cualquier otra consideración, ¡ganen! El objetivo principal en las elecciones es fortalecer al Comandante para los días que vendrán.
¡Con Chávez es con lo que Chávez decida!

21.10.08

TREINTA DÍAS

Treinta días nos separan de las elecciones de noviembre, elecciones de gran importancia teórica y práctica para la Revolución.
Teórica, porque servirán para contrastar las ideas que en lo social, económico y político ha desarrollado la Revolución, el resultado guiará el necesario ajuste.
Práctica, porque el paisaje político se verá fuertemente influenciado por los comicios de noviembre. En algunos puntos saldremos fortalecidos, en otros, debilitados, pero en general las condiciones, seguro, serán de gran ventaja para el avance revolucionario. Esas son las reglas de la guerra que libramos contra la oligarquía.
En estos treinta días debemos fijarnos dos objetivos:

Primero, afirmar los triunfos en las regiones donde la victoria es un hecho,acelerar el convencimiento del pueblo en los sitios donde el éxito no está aún seguro y, por último, pelear como quién se juega la vida en las zonas donde se presagia derrota. Aún es posible revertir las tendencias negativas.
Segundo, es necesario prepararnos para después de noviembre, estudiar desde ahora cuál será el nuevo cuadro, las nuevas fuerzas, las nuevas relaciones, cuáles ideologías saldrán fortalecidas y cuáles cosecharán fracasos. Cuáles serán las condiciones para avanzar hacia el Socialismo, qué fuerzas intentarán frenarlo, cuáles lo impulsarán.
Podemos adelantar algunas consecuencias del nuevo cuadro: tenga las características que tenga exigirá que la Revolución se fortalezca en tres puntos: la teoría, la organización política y la organización social.
La teoría: después de noviembre vendrá una ofensiva teórica de oligarcas y reformistas tendiente a demostrar que el Socialismo no es la solución, ya se han adelantado encuentros. Se propondrán formas distraccionistas, se intentarán transitar por trochas ciegas.
Frente a esto los revolucionarios debemos afinar la teoría para demostrar una vez más que sin propiedad social de los medios de producción administrados por el Estado, como representante de la sociedad toda, no hay posibilidades de Conciencia del Deber Social, que es la esencia del Socialismo.
La organización política: dentro del PSUV deben formarse los Destacamentos de Vanguardia, que agrupen a "los mejores entre los buenos", sus componentes deben elevar cada vez más su nivel teórico, una alta disciplina y un extraordinario sentido del deber social.
Estos Destacamentos deben constituir la columna vertebral de la conciencia revolucionaria, los primeros a la hora de los sacrificios, los últimos a la hora de los privilegios, los más moralizados a la hora del desencanto, los primeros en la hora del combate, nunca escépticos, siempre dispuestos a las tareas más ingratas y riesgosas.
Estos Destacamentos deben ser anclajes revolucionarios en medio de las tormentas.
La organización social: es necesario superar el espontaneismo en la organización del pueblo, también se debe superar el localismo. La organización social debe partir de lo local pero tener sentido de sociedad, debe constituir un tejido nacional, y ese tejido será la armazón que dé a la sociedad su fuerza. Una sociedad así organizada será capaz de movilizarse y de entender el mundo más allá de las cuatro esquinas de su vida cotidiana.
¡Con Chávez es con lo que Chávez decida!

20.10.08

LA MADEJA SE DESENROLLA POR LA PUNTA EQUIVOCADA

Los clásicos pensaban que la Revolución Socialista se daría primero en países con alto desarrollo de las fuerzas productivas. Así, se esperaba la Revolución en Alemania, Inglaterra, Francia. Allá había grandes contingentes de obreros y era natural que prosperara la ideología de la clase obrera.
Pero la realidad, siempre testaruda, juega con el humano, y la Revolución se dio primero en un país con gran atraso de las fuerzas productivas, en el eslabón más débil, en Rusia, lo que hizo decir a un teórico que "la madeja de la historia se estaba desenrollando por la punta equivocada".
La Revolución Soviética añadió un nuevo período a la teoría revolucionaria, el período de transición hacia el Socialismo, este período presentaba nuevos retos. Uno de ellos es el del desarrollo de la conciencia en situación de escasa masa obrera. La pregunta era:
¿Si no hay masa obrera suficiente, cómo irradiar la conciencia de la fraternidad, de la colaboración al resto de la sociedad? ¿Cómo llevar la conciencia que emana de la existencia obrera, al resto de la sociedad que no tiene esa existencia?
Los reformistas se apresuran a afirmar que eso no es posible, que la solución es desarrollar al capitalismo y así formar la masa obrera crítica necesaria para emprender el camino Socialista. Así condenan a los países de poco desarrollo de las fuerzas productivas a permanecer en la órbita capitalista.
Se ha avanzado en la búsqueda de la respuesta, uno de los grandes adelantos surge allá mismo en la Unión Soviética, y adquiere su máximo desarrollo en Cuba Socialista, es el Trabajo Colectivo Voluntario.
"El trabajo voluntario es el que se realiza fuera de las horas normales de trabajo, de forma organizada y sin percibir remuneración económica adicional. El mismo puede realizarse dentro o fuera de su centro de trabajo"
El trabajo voluntario tiene la característica de unir al hombre en trabajo fraternal, conciente, sin necesidad de tener las fábricas, suple su carencia. Es un ejercicio de trabajo libre, no enajenado, trabajo para la sociedad. Crea las condiciones materiales para asentar la Conciencia del Deber Social. Es un recurso para conseguir los beneficios para la conciencia de una existencia proletaria, sin las fábricas.
Es desarrollar las condiciones para la formación de la Conciencia del Deber Social en situación de poco desarrollo, la masa va aprendiendo a medida que se va produciendo la elevación de las fuerzas productivas.
El Trabajo Colectivo Voluntario, podría llamarse también Trabajo Voluntario Proletarizante, tiene la virtud de crear las circunstancias para la difusión de la Conciencia del Deber Social.
El hombre hace Trabajo Colectivo Voluntario llevado por la conciencia, de manera libre, en el se expresa lo mejor del humano, la entrega desinteresada al bien de la humanidad. Así el trabajo deja de ser un trabajo forzado, para convertirse en un medio de realización, de elevación del humano, en trabajo liberador, constructor. Prefigura la condición del trabajo del futuro.
!Chávez es Esperanza Socialista!

19.10.08

EL FORCEJEO

El Comandante Chávez llamó la atención a los partidos aliados, y ese llamado produjo un forcejeo de argumentos que indudablemente es la expresión de la lucha interna en la Revolución. Esta situación merece estudio.
En Venezuela, debemos reconocerlo, dado la falta de rigor teórico, la lucha interna toma carácter pueril, se esgrimen armas de lo cotidiano, se habla de la forma, del método, de las maneras, y así se esquiva el fondo, el análisis de los proyectos que sustentan el forcejeo.
En esta situación es saludable revisar las ideologías que se mueven en el paisaje político y, a partir de allí, deducir lo que impulsa las divergencias. Veamos.
Primero encontramos la propuesta socialista auténtica que se afila cada día más buscando la adaptación de la esencia socialista a nuestra realidad. Amplía el soporte material del espíritu socialista: la hegemonía de la Propiedad Social de los medios de producción, entendiendo por esta hegemonía la que se entrelaza a la Conciencia del Deber Social.
Frente a esta propuesta de Socialismo auténtico nos topamos con una serie de evasivas que postulan formas de propiedad nosocial en sus diferentes variantes, todos los días inventan un nuevo adjetivo para driblar al Socialismo auténtico.
También actúa, muy a la sordina, una poderosa corriente francamente capitalista, sustentada en la acumulación reciente de capital, esta corriente está estrenando nuevos intereses y crea nexos en su nuevo ambiente.
El forcejeo que ahora se manifiesta en lo político y que después de noviembre tendrá una mayor expresión, es proyección de estos proyectos.
No se puede entender lo que está pasando en el interior de la Revolución, ni los acontecimientos que vendrán, sin relacionar la economía y la política, los proyectos y su expresión política.
El cuadro que hoy vemos es el preludio de un más nítido mapa que inevitablemente se configurará después de la contienda electoral de noviembre, que traerá nuevos reagrupamientos, alejamientos, profundizaciones, y llevará a mayores definiciones de los campos en pugna.
En noviembre debemos derrotar las pretensiones del enemigo externo, los oligarcas no deben ganar terreno, de esas elecciones debe salir fortalecido el Comandante Chávez, es necesario votar por sus candidatos.
En noviembre la batalla es entre el enemigo externo y el Socialismo auténtico representado por el Comandante Chávez.
Sería un error pretender en noviembre saldar cuentas simultáneamente con el enemigo externo y a la vez con las manifestaciones internas extraviadas, la batalla interna debe postergarse.
Dar la batalla en lo interno daría como resultado el debilitamiento del Comandante, y esto traería como consecuencia un debilitamiento de la opción socialista, que sería fácil presa de la macabra alianza de los antisocialistas de todos los pelajes y todas las ubicaciones.
Los socialistas, los Chavistas, los revolucionarios debemos votar por los candidatos de Chávez, el fortalecimiento del Comandante es el fortalecimiento del Socialismo auténtico y está por encima de cualquier otra consideración.
¡Con Chávez es con lo que Chávez decida!