16.1.10

EL FARO DE LA FE

La humanidad padece el desasosiego de estar atrapada en la condena del capitalismo que arrasa con las condiciones naturales necesarias para la vida, y por no encontrar la salida a esa amenaza.
Vivimos época de pérdida de fe, las sociedades con la patología del miedo deambulan buscando escapes, aferrándose a distracciones, evadiendo la tragedia que nos abruma con su eminencia. La conducta del avestruz se apodera de todos, mientras los arsenales nucleares se activan, las invasiones emergen, las agresiones abundan, el orden mundial cruje bajo la presión de una humanidad atrapada en la lógica capitalista que le dicta que no hay futuro, que el descenso a las miasmas es inevitable.
La humanidad se refugia en los índices económicos, en hacer negocios, pedir ayudas a los culpables de la tragedia, pedir clemencia a los verdugos.
En medio de esa penumbra histórica, emerge un faro que renueva la fe en el destino de la humanidad, que demuestra que una sociedad nueva es posible, que el hombre nuevo se puede alcanzar. Cuba es el faro.
En ese país pequeño es cotidiano lo que para otros países sería milagroso: poder salir a cualquier hora a la calle sin peligro, poder preguntar a otro humano la hora en la calle sin que se sienta amenazado, o mover a toda la sociedad tras un objetivo común, por ejemplo, ahorrar energía, prepararse para enfrentar un desastre natural, o garantizar a todos comida, estudios, medicinas.
Recientemente los organismos internacionales reconocen a Cuba como un país sin desnutrición infantil. Se dice rápido, pero si se compara con el resto de la humanidad el logro de Cuba asombra y al mismo tiempo nos devuelve la fe.
Que Cuba, en condiciones muy adversas, haya conseguido este milagro, es una señal de que el camino existe, de que el Socialismo es la esperanza.
Cuba debe ser preservada, es de importancia vital que el ejemplo perdure, la humanidad necesita el faro de la esperanza. La preservación de Cuba es un deber de los cubanos y del resto de la humanidad.
También el camino de Cuba debe ser transitado por el resto del mundo, de eso depende el futuro de la vida planetaria. Sólo ese camino hará posible que la humanidad encuentre una nueva manera de vivir.
La humanidad necesita construir un sistema que armonice con la naturaleza, y que devuelva al humano la armonía consigo mismo y con sus semejantes. Ese sistema sólo es posible construirlo desde el Socialismo.
Es urgente modificar las necesidades impuestas por el mundo desarrollado capitalista, que nos impone un consumismo depredador y contaminante.
Los heraldos negros que anuncian la debacle ya están aquí, las señales son claras, no es solución ignorarlas.
La Revolución Bolivariana debe transitar, con el desespero de un hombre que cae al agua, el camino al Socialismo. El tiempo del humano se agota.
¡Chávez es Paz!
¡El Nobel para los Cinco!
¡Irreverencia y Lealtad!

15.1.10

PLUSVALÍA Y PRODUCTIVO

Plusvalía y Productivo son dos términos muy usados en estos días, es importante precisar sus definiciones. Veamos.
Plusvalía, se puede entender como equivalente a beneficio o especulación, de esta manera un expendio de mercancía que cobre muy por encima de los costos será un plusválido o un especulador. Esta definición será correcta, pero es insuficiente.
Si nos quedamos sólo con ella podremos perseguir a los especuladores, pero no abarcaremos la profundidades del capitalismo. Expliquemos.
La plusvalía importante para la Revolución , sin la cual no es posible entender el funcionamiento del capitalismo, debe definirse como el tiempo de trabajo que el obrero realiza más allá del tiempo de trabajo que el capitalista le remunera, es en pocas palabras, un tiempo de trabajo que el obrero realiza y el capitalista no paga.
La Plusvalía así definida evidencia el robo del capitalista llamado “productivo”. No es optativa, es decir, todo obrero que trabaja para un capitalista, sea este grande, mediano o pequeño, es necesariamente esquilmado, no se puede escapar. Entonces, podemos concluir: “si es capitalista, necesariamente es ladrón”.
Esta plusvalía del productor capitalista, es el origen de la plusvalía del comerciante, y del comportamiento egoísta de la sociedad.
Sólo la Propiedad Social de los medios de producción, administrados por el Estado, hace posible la eliminación de la plusvalía en la producción, y como consecuencia todas las plusvalías. Sólo sobre esa nueva relación se puede edificar el Socialismo.
El otro término muy usado en estos días es el de “Productivo”, se usa como una patente para certificar teorías, así se habla de proceso productivo, socialismo productivo, sector productivo, etc. El término consagra, pero, ¿qué hay en sus profundidades? Veamos.
Para el capitalismo lo productivo es lo que reproduce su capital, es decir, lo que les permite la mayor Plusvalía. La mayor explotación posible.
Para el capitalista la mercancía no es vista desde el punto de las necesidades que satisface, sino que es considerada por su capacidad de competir en el mercado, del trabajo que contiene, o en otras palabras, las ganancias que le proporcionen.
De esta manera, cuando el capitalismo habla de productivo, está hablando de explotación. Así, el sector productivo será el sector explotador, el proceso productivo en realidad es el proceso explotador.
Una producción sana, un “sector productivo no explotador”, sólo es posible en el Socialismo, en donde el producto del trabajo es destinado a satisfacer las necesidades sociales, y el trabajador no es esquilmado, porque trabaja para la sociedad, y todo el fruto de su trabajo se revierte en su beneficio, en tanto trabajador y en tanto ser social. El trabajo le es recompensado de acuerdo a sus necesidades y él trabaja de acuerdo a su capacidad.
De allí que la lucha contra la especulación, la batalla por la producción, tiene que ser la confrontación, en el terreno económico, con el capitalismo. Hoy más que nunca el Socialismo se construye con Socialismo y nunca con capitalismo.
¡Chávez es la Paz !
¡El Nobel para los Cinco!
¡Irreverencia y Lealtad!

14.1.10

ZONA SOCIALISTA, TRINCHERA INDISPENSABLE

El Socialismo no es un mero descenso en los precios, es un cambio profundo en todas las relaciones sociales, una sustitución de la cultura.
Los paliativos dentro del capitalismo son ilusiones que rápidamente se disuelven. No es posible solución a la humanidad dentro del capitalismo.
Es un error buscar soluciones intentando aumentar la producción usando las armas melladas del capitalismo, estimulando el egoísmo empresarial, sea este pequeño, mediano o grande. Así estamos creando a los verdugos del Socialismo.
Recordemos que la Producción condiciona a la distribución, este axioma se puede amortiguar con la renta petrolera, pero sólo durante un tiempo. Esto significa que si producimos de modo capitalista, esta producción necesariamente presionará, será determinante en la forma de distribución y, lo que es más dañino, en la Conciencia.
Por lo tanto, es imprescindible que enfrentemos cualquier crisis con más Socialismo. Sólo la producción socialista nos conduce a la distribución socialista y al Socialismo. Buscar el Socialismo por otros atajos es una candidez que nos costará caro.
En esta situación, es urgente, imprescindible, impulsar al Socialismo, crearle una trinchera, sólo así garantizaremos el imprescindible camino hacia una relación humana que nos garantice futuro a nosotros y a la humanidad. Sólo así salvaremos a la Revolución.
En la Zona Socialista se establecen relaciones económicas socialistas, allí la producción no será de mercancías sino de productos, es decir, ésta no se regirá por la lógica capitalista, sino por la lógica socialista.
Este cambio en la relación del obrero con la fábrica y de las unidades productivas entre sí, será el principio del cambio formidable, vital, que la humanidad requiere para su sobrevivencia. Entrelazado con ese cambio estará la Conciencia del Deber Social. Expliquemos.
El capitalismo, cualquiera sea su tamaño: Grande, pequeño o mediano, se rige por el siguiente principio: de cada uno según la necesidad del capitalista, a cada uno sólo lo necesario para reproducir su capacidad de trabajo. Es decir, el trabajador sirve para enriquecer al capitalista, y recibe de este sólo lo necesario para que siga trabajando.
Aquí lo que importa es que el capitalista gane más, las necesidades sólo se toman en cuenta si dan ganancia. En el mercado se intercambian cantidades de trabajo que el capitalista ha robado al obrero y ahora tienen forma de mercancía.
La Zona Socialista se rige por el principio: de cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad.
Aquí la producción no es de valores para que el capitalista se enriquezca, sino de productos para cubrir las necesidades sociales.
Este cambio, que al principio será limitado a la Zona Socialista , se reflejará al resto de la sociedad. Hará milagros, por ejemplo, que nadie se acueste sin comer, acabará con la inseguridad, la sociedad regresará a los parques y a la calle, habrá una explosión de cultura. Rescataremos el Sentido de Sociedad.
Ese es el camino.
¡Chávez es Socialismo!
¡El Socialismo se hace con Socialismo!
¡El Capitalismo siempre es verdugo del Socialismo!

13.1.10

EL SOCIALISMO A LA CALLE

Podríamos decir que la Revolución es una elevación del nivel de la lucha de clases. En ella la ideología y la práctica revolucionaria entran, con altas posibilidades de éxito, a disputar la hegemonía y conducción de la sociedad, a convertirse en dominantes.
Esta elevación de la lucha impone un mayor rigor, una más eficaz acción a la vanguardia revolucionaria, a la dirección de la Revolución , o dicho con lenguaje apropiado, al Estado Mayor de la Revolución.
Un acertado diagnóstico de la realidad, del momento, de las fuerzas que actúan, son elementos insustituibles para el éxito y para la planificación de las tareas de la Revolución. Veamos.
La Revolución Bolivariana ha avanzado, ahora se encuentra en una encrucijada fundacional: o avanzamos hacia el Socialismo, o nos atrapa la penumbra del capitalismo que hoy activa sus mejores engaños para hacernos extraviar el camino.
Cada paso que dé la Revolución plantea un nuevo reto a los revolucionarios: descifrar cómo plantea el capitalismo sus movimientos, y cómo debe responder la Revolución. Expliquemos.
La Revolución tomó medidas cambiarias, inmediatamente los capitalistas activan sus medios y fijan su estrategia. Por una parte la política: desestabilizando, creando desconfianza, conspirando. Y, al mismo tiempo, desarrollan su parte material, su economía: acaparan, suben precios, especulan, despiden empleados, etc. En resumen, los capitalistas intentan fortalecer su posición, y preparan ofensiva.
Qué debemos hacer nosotros: tomamos las medidas económicas, con ellas les cortamos un caudal de riqueza que iba a parar a las arcas oligarcas, preservamos la renta petrolera para el beneficio del pueblo humilde y de su proceso de construcción del Socialismo.
Ahora, al lado de las medidas, debemos tomar acciones políticas. Una de ella es la lucha en la calle contra la inflación, pero a la par debemos desplegar una campaña de defensa del Socialismo, del Gobierno Revolucionario. Explicar las raíces de la lucha, hacia dónde vamos. Decir que la sociedad no se librará de la miseria hasta tanto no cambie las relaciones de propiedad de los medios de producción, y sobre ellas se construya el pilar fundamental del Socialismo: la Conciencia del Deber Social. Sin eso todos los avances se diluyen, son atrapados en la poderosa ponzoña estupefaciente del capitalismo.
Debemos enfrentar al capitalismo que nos habita, con fuerza y en todos los frentes.
Es necesario activar las Zonas Socialistas, en donde la economía, la organización, la conciencia, sean socialistas, y desde donde se irradie al resto de la sociedad el espíritu socialista. Serán, deben ser, vitrinas del Socialismo, demostración de que el Socialismo establece una nueva relación entre los hombres, es concreción del sueño de Bolívar.
Las Zonas Socialistas, con la conducción de la clase obrera, fusionada con su ideología, serán trincheras desde donde enfrentar al espíritu capitalista y facilitar los pasos de la Revolución, consolidarla.
Esta es una de las principales tareas de la Revolución en esta etapa. Este debe ser un objetivo de la clase obrera, desde allí ganaremos elecciones y consolidaremos conciencia y organización.
¡Chávez es Paz!
¡El Nobel para los Cinco!
¡Irreverencia y Lealtad!

12.1.10

LEALTAD

Previo a toda discusión, debemos afirmar que apoyamos al Comandante Chávez y al Gobierno Revolucionario, creemos firmemente que este es el camino al Socialismo, no hay otro, lo defendemos y lo impulsamos. Entonces, nuestra lealtad al proceso no se puede quebrar, no puede estar condicionada al dólar a 2,15 o a cualquier otro precio. La lealtad revolucionaria no se cotiza en el mercado de divisas.
Dicho esto, entremos en materia.
La Revolución Bolivariana sucede en medio de una feroz lucha de clases que tiñe a toda la sociedad, o mejor, ella es esa lucha. El Estado, el gobierno no escapa de esa pugna: es con esta visión que debemos pensar las medidas.
Lo primero que debemos decir es que las medidas demuestran la voluntad de la sociedad humilde de transitar su propio camino. El Estado Revolucionario que la representa toma acciones para preservar la economía rumbo al Socialismo, para preservar la posibilidad socialista, al Estado Revolucionario. Con las medidas se paró un golpe financiero lento, pero efectivísimo.
Las medidas se pueden resumir diciendo: ponen coto a la posibilidad de que la burguesía y la capa alta de la pequeña burguesía se aprovechen de un tipo de cambio barato, para desangrar a la sociedad, apropiarse de la renta petrolera.
De aquí se desprende que esa acción no se puede ver aislada de la política. Los escuálidos, que disputan el control de la nación, saltan a desinformar, a analizar con malicia, a asustar. Todos, desde borges, ledezma, hasta el inefable dieterich, se ponen contra el gobierno.
Esto nos da un indicio de hacia dónde vamos: podríamos parafrasear al político aquel, y decir: …“qué de bueno ha hecho el gobierno, qué de bueno para los pobres y malo para los ricos, que la canalla escuálida y renegada lo desaprueba, no aplaude.”
La confrontación tiene carácter político, es parte de la gran batalla que libran los capitalistas y los socialistas. El Estado Revolucionario, en nombre de la sociedad humilde, toma control de la riqueza social. Eso es lo más importante, los detalles no pueden condicionar el apoyo a la Revolución.
¿Qué deben hacer los revolucionarios?
Debemos apoyar al Comandante y a la Revolución … Revolucionario no sale por allí llorisqueando a la primera escaramuza.
La confrontación se decidirá en la práctica, debemos avanzar con fuerza en el camino socialista: afinar la teoría, educar al pueblo, concientizar y organizar a las masas, consolidar los Destacamentos de Vanguardia.
Debemos consolidar las Zonas Socialistas: las fábricas socializadas, los canales de distribución, deben ser la base material desde donde se impulse la Conciencia del Deber Social, deben ser cátedra de Socialismo, demostración de que el Socialismo es eficiente, beneficioso para la sociedad.
Ese es el deber de los Revolucionarios: construir el Socialismo. Las medidas sirven para facilitar ese camino.
Tenemos el deber de seguir profundizando al Socialismo, solucionando los problemas con más Socialismo.
¡Chávez es Socialismo!
¡Con Chávez todo, sin Chávez nada!
¡Irreverencia y Lealtad!

11.1.10

LA CONFRONTACIÓN

¿Cómo es la confrontación en una Revolución Pacífica? ¿Cuáles son las características del enfrentamiento entre lo nuevo y lo viejo, entre la burguesía oligarca y las fuerzas revolucionarias? La respuesta es difícil, necesita esfuerzo intelectual.
La Revolución pacífica es inédita, no hay antecedentes triunfantes, eso exige de la dirigencia de esta Revolución Bolivariana, que es pacífica, una poderosa mezcla de conocimiento y de arte, de imaginación y análisis riguroso de la realidad, de estudio serio y de inventiva.
El primer elemento del análisis, son las características propias de Venezuela: somos un país rentista, tenemos una clase media extendida y una marginalidad copiosa, y es por medio de esa ideología que la clase burguesa oligarca garantiza su dominación.
Todas las clases subordinadas están impregnadas de esta ideología, caracterizada por un individualismo, un egoísmo rotundo. El principal objetivo para esta ideología es el beneficio individual y egoísta, no importa a costa de qué ni de quién, es mercenaria, inconsecuente, retrocede a la menor dificultad, no corre riesgos, oportunista, siempre trabaja con red de seguridad, con plan de escape, o mejor, de salto de talanquera.
Esta ideología se manifiesta en el tránsito, en el caminar por la calle, en el trabajo, tiñe a toda actividad humana, impregna la conducta de todos, y por supuesto se manifiesta con fuerza en la política. Aquí funciona como una válvula de seguridad, las líneas políticas, las organizaciones, las acciones están impregnadas de individualismo y egoísmo, es una formidable barrera para el avance de la espiritualidad revolucionaria y para la construcción de una política revolucionaria, sabotea la formación de organización y también la elaboración de teoría revolucionaria. Allí da cabriolas para dejar un resquicio a su individualismo. Hay que hacer un esfuerzo para identificarla y combatirla, deslastrarse de ella, es como una hiedra.
En este ambiente de Revolución Pacífica, que ocurre en condiciones de alta impregnación de la ideología individualista y egoísta, propia de la pequeña burguesía y los marginales, es que se produce el enfrentamiento entre lo nuevo y lo viejo. Veamos.
En estas condiciones se le presentan a la Revolución varias dificultades, la principal es el impedimento para centrar una teoría Revolucionaria que marque el azimut. La Revolución con suma facilidad se extravía en las marañas teóricas de la ideología egoísta.
Al no haber un sólido piso teórico, al haber ambigüedad teórica, hay ambigüedad en todos los campos, he allí la causa de nuestra principal debilidad.
La Revolución Pacífica sólo se puede enfrentar a la oligarquía desde posiciones teóricas sólidas, bien diferenciadas, argumentadas y defendidas, que el pueblo las entienda, al punto de saber que en ellas les va la vida, que son sagradas, que vale la pena luchar por ellas.
Esta falla origina una carencia: la falta de cuadros revolucionarios. Es necesario un núcleo que irradie ejemplo extremo de conducta y ética revolucionaria al resto de la Revolución y a la sociedad, que sea ejemplo de lo que queremos construir, que contraste con los oligarcas y los desviados internos.
¡Socialismo es Teoría Revolucionaria!
¡Chávez es Socialismo!

10.1.10

CARA Y CUERPO DE LA REVOLUCIÓN

Una Revolución se resume, se compendia en su organización política, en su partido, y éste se sintetiza en su dirección. Así, el partido será como sea su dirección, y a su vez la dirección será reflejo del partido.
La relación del partido con el pueblo tiene otras características: puede ser una relación clientelar, ésta será útil para mantener un sistema de rapiña, de clientelismo capitalista.
Puede ser una relación orgánica, en este caso los dos son parte de un mismo cuerpo: el partido es instrumento organizativo del pueblo para realizar las tareas políticas que la construcción de un nuevo mundo requiere.
Pueblo y Partido se influyen mutuamente, vibran en un mismo tono, se saben parte de similar faena, persiguen un idéntico objetivo. Esta relación partido-gobierno, propia de la Revolución , es instrumento y preámbulo para el avance a nuevas formas organizativas de la sociedad.
Pero el Partido que es instrumento del cambio, también será, es inevitable, escenario de la feroz lucha ideológica que ocurre en la Revolución , en él se enfrentan las corrientes que pugnan por dirigir la sociedad.
Entonces, no es pensable la construcción de un Partido Revolucionario como un proceso apacible, sin traumas, por el contrario, es de esperar una turbulencia, un torbellino, una batalla y, en esa batalla se decide la suerte de la Revolución.
El partido revolucionario en una Revolución Pacífica se construye, en gran medida, con el hombre, con el político de la vieja tradición oligarca. Y además tiene que convivir durante un gran trecho con la lógica, los valores burgueses, con las instituciones oligarcas heredadas: el Sistema Electoral, el de Justicia, el Parlamento, terreno adverso para la formación del Partido Revolucionario y la conexión con la masa.
De allí que la construcción de un partido revolucionario, y más en condiciones de Revolución Pacífica, no puede ser espontáneo, no brota como hongos en el campo, es un trabajo difícil que requiere de una alta Conciencia del Deber Social, una confrontación constante con los valores y costumbres del pasado.
La Revolución Bolivariana, que atraviesa por una crisis de crecimiento, que da pasos en lo económico cambiando las relaciones de propiedad en importantes áreas, que es asediada por el enemigo imperial, debe, es urgente, acompañar esos cambios con avances en la organización política y social.
La Revolución necesita un instrumento político capaz de resumirla, defenderla y desarrollarla.
El PSUV, que es, ya dijimos, escenario de feroz lucha de clases, requiere, y esto es indispensable, la formación de Destacamentos de Vanguardia, que compendien a los mejores, a los más concientes. Destacamentos que formarán la columna vertebral de la organización, encargados de impulsar los valores socialistas y combatir los valores oligarcas heredados de la política del pasado. Serán los primeros a la hora del sacrificio y los últimos a la hora de los privilegios.
Sólo así evitaremos que dentro de nosotros triunfe el pasado.
¡Chávez es la Paz !
¡El Nobel para los Cinco!
¡Irreverencia y Lealtad!