20.2.10

TENSIONES Y ELECCIONES

La sociedad venezolana contiene fuertes tensiones, la lucha de clases es feroz, y se agudiza cada día más. Aquí confluyen intereses irreconciliables en pugna por la hegemonía. El presagio es de violencia.
Sobre la nación se ciernen nubarrones de fascismo, las señales son claras, en amplios sectores se agrava el sentimiento de muerte, de odio, el desprecio a los humildes aflora con fuerza inusitada. Las bases gringas que nos rodean, los susurros a los militares, las amenazas de genocidios, las manos blancas y los corazones podridos, todos convergen en el objetivo de salir del chavismo, aun a costa de causar el máximo dolor a todo el país, siguen el ejemplo de pinochet, o de Irak, son capaces de cualquier crimen.
Por otro lado, dentro de la revolución, opciones capitalistas conviven con la opción socialista. No hay lugar a dudas, en Venezuela está naciendo un nuevo mundo, se liberan fuerzas de redención, y cuando esto ocurre, todas las fuerzas de la oscuridad se confabulan contra la esperanza.
En ese ambiente nos enfrentaremos a las elecciones de septiembre.
Sea cual sea el resultado, las elecciones parlamentarias no resolverán las contradicciones. Las elecciones sólo evidencian la calidad de la pugna, el desenlace se dará, necesariamente en otro terreno.
Sería un error de los revolucionarios no prepararse para la gran guerra por el nacimiento del mundo del amor, y no entender que la batalla electoral es sólo una parte de esa gran guerra.
Si sólo trabajamos para ganar las elecciones, estaremos perdiendo de vista el gran objetivo estratégico. Si ganamos con métodos mellados, y no nos preparamos para el día después, entraremos en la etapa de desenlace con debilidad y seremos presa fácil de la restauración.
¿Qué deben hacer los revolucionarios?
Es necesario ganar las elecciones y, simultáneamente, salir fortalecidos, más concientes, informados, organizados, movilizados.
El desenlace que se avecina se decidirá en la esfera ideológica, allí con urgencia debemos hacer énfasis, explicar, sin complejos, las bondades del Socialismo, enfrentar los ataques del oligarca que deforma la idea socialista. Nuestros medios deben estar al servicio de este combate. Son momentos para retomar la formación de cuadros.
En el campo cultural debe ser constante el enfrentamiento. Estamos sometidos a un bombardeo tenaz de exaltación a los valores que sustentan al capitalismo. Nosotros debemos por todos los medios impulsar los valores de fraternidad, amor, solidaridad, entrega a las causas altruistas, repudio a la injusticia, que son soporte del Socialismo, de su cultura.
Pero sobre todo es importante la práctica socialista, nada educa más a un pueblo, nada lo hace más conciente que la práctica. Por eso es fundamental la fundación de las Zonas Socialistas, que allí el pueblo humilde vea, sienta el Socialismo. Que la clase trabajadora funde con su trabajo, con la relación armoniosa, el nuevo mundo. La Zona Socialista, con su ejemplo será una formidable escuela, manantial de entusiasmo, brújula del Socialismo, para el resto de la sociedad.
¡Chávez es Socialismo!
¡Ganar las elecciones, preparándonos para el Socialismo!

19.2.10

¡PUEBLO!

Podríamos parafrasear el pensamiento de Garudy y decir: ¡Pueblo, cuántas barbaridades se han dicho en tu nombre!
No es algo trivial, los antisocialistas han hecho un juego perverso con el concepto “Pueblo”. Lo deforman, lo manipulan para confundir la lucha revolucionaria. Ya sabemos el inmenso daño que las debilidades teóricas causan a una Revolución. Precisemos.
Los antisocialistas han manipulado el concepto Pueblo con dos fines principales:
Uno, evitar colocar la lucha de clases en el centro de la disputa social. De esta manera sustituyen la ideología proletaria, la revolucionaria, por una suerte de vaporosa imprecisión de ideas, contestatarias, volubles, de apariencia rebeldes, pero que no conducen a la superación del Capitalismo, al contrario, lo protegen, le sirven de válvula de seguridad frente a los verdaderos cambios.
Dos, se manipula el concepto pueblo para evitar que las masas se doten de una poderosa dirección. Saben que una masa desprovista de ideología de clases, de dirección y de organización, es una masa amorfa, inofensiva, capaz de motines, pero nunca pondrá en peligro al sistema capitalista, es incapaz de construcciones estratégicas.
Esta propuesta de divorcio entre dirección y masa, que tiene una raíz anarcoide, es expresión de la pequeña burguesía en afanes revolucionarios. De esa manera se tranquilizan: encontraron la forma de combinar un discurso revolucionario, con una acción que no conduce a cambios, aparentar ser revolucionarios, cuando en realidad castran a las revoluciones.
Pueblo debe considerarse a las clases sociales explotadas, susceptibles de formar un bloque para la liberación. Dirigido por la ideología proletaria.
Un pueblo así, que procura zafarse de la dominación burguesa, crea sus formas organizativas para esa liberación: una vanguardia que agrupa a los que perciben a la dominación y entienden la necesidad de una revolución que la supere. Por eso se organiza en partido que disputa la hegemonía de la sociedad a la burguesía. Entiende la necesidad de una dirección. Y, una vez en el poder, proponen un Estado con la característica de ser poderoso y a la vez en proceso de extinción.
Es así: el pueblo crea, pare, a su dirección, a su vanguardia, a su líder, y los integra. Ahora son uno solo, deja de ser una masa amorfa, que reacciona espasmódicamente. Tiene una estrategia política. El pueblo organizado, con su Estado Mayor Político y su líder, es una formidable fuerza de cambio, la única que puede hacer Revolución.
Los revolucionarios tienen como principal prioridad dotar al pueblo de sus mecanismos de empoderamiento verdadero: un Partido, una Dirección, un Líder que, fundidos con la ideología proletaria, le permitan participar en la dirección de su localidad, y también en las decisiones políticas nacionales. Sólo así se podrán concretar los grandes cambios que nos lleven al Socialismo, y sólo así ese pueblo podrá hacer frente a los ataques de los enemigos internos y externos.
Privar al pueblo de sus comandos es una torpeza criminal, no hay justificación para esta acción, no hay argumentos valederos.
¡Pueblo conciente, hecho Partido, Dirección y Líder es Socialismo!

18.2.10

LAS VACACIONES

Una gran ventaja del Socialismo es conseguir sumar en un solo impulso las fuerzas individuales, acordar a la sociedad en un solo propósito. Se desata así una energía desconocida por la humanidad hasta ese momento, ningún otro sistema puede liberar esa fuerza, ni siquiera se lo propone.
El Socialismo se realiza cuando la sociedad toma cuenta de su dirección, de su destino, planifica su esfuerzo y dirige su voluntad hacia objetivos comunes.
El consumo y la producción son planificados conscientemente, se combaten de esta manera el despilfarro individual y el despilfarro social, y la anarquía en la producción y en el consumo.
Entonces, el reto fundamental del Socialismo es transformar la sociedad capitalista, individualista, egoísta, despilfarradora, sin concierto ninguno, anárquica en el consumo, irresponsable en la producción, en una sociedad Socialista, es decir, racional, cuerda, conciente de su responsabilidad con la humanidad, con el planeta, consigo misma y con sus hijos.
Este reto es particularmente importante para la Revolución Bolivariana. Veamos.
Nosotros, la sociedad venezolana, y hay que decirlo con valentía, fuimos acostumbrados a una conducta injusta, inicua, que nos hizo fácil presa del despojo imperial. Nos daban migajas, nos prometían estrellas, nos manipulaban el alma, nos sembraron una conducta de nuevo rico, nos deformaron la visión del mundo.
De esta manera ellos se llevaban la riqueza y a nuestra sociedad le dejaban los mismos espejitos con los que engañaron a los indígenas. No había oposición, estábamos embriagados de consumo, unos consumían y otros pugnaban por consumir… bisuterías.
Ahora tenemos el reto de convertirnos en una sociedad viable, ejemplo para el mundo de una nueva manera de vivir, de relacionarse los humanos entre sí y con su entorno. Este reto no es un capricho, se trata de la sobrevivencia de la especie, si la humanidad no cambia la manera de vivir capitalista, le espera, sin lugar a dudas, la extinción. Ya sabemos que el planeta bajo la tutela capitalista va camino al infierno.
En esta vía que se propone la Revolución Bolivariana, que nos proponemos los venezolanos, el primer paso es darnos cuenta de cómo somos, hacernos concientes de nosotros mismos, vernos en un espejo.
Estudiemos un poco nuestro comportamiento en las vacaciones:
Nos dicen las autoridades que en los pocos días de vacaciones de Carnaval se estiman en 15 millones de personas las desplazadas hacia los puntos turísticos, y los miles que se activan para cuidarlos. Todo este éxodo de vacaciones significa un gasto enorme para la sociedad. Calculemos cuántos litros de gasolina se despilfarran en las colas, cuánto se desgata el parque automotor, cuantas horas se deja de trabajar, etc.
Si fuese una vez al año merecería un estudio, ahora, si esto se repite varias veces en el año, el estudio toma características de dramática emergencia.
Hoy proponemos el problema sólo para la reflexión. Cuando nosotros como sociedad racionalicemos el ocio despilfarrador, lo transformemos en ocio creador, ese día podemos decir que esta sociedad está caminando decidida hacia su redención, se está desintoxicando.
¡La planificación es Socialismo!
¡Chávez es Socialismo!

17.2.10

¿ES CHÁVEZ MARXISTA?

Chávez se declaró marxista, y eso fue suficiente para alborotar a renegados, filosofastros y derechistas: Teodoro se tiró al suelo y despotricó contra el libro El Capital, él que ahora es servil del otro capital, el que asesina al mundo.
Otros desempolvaron aquello de que Marx no era marxista, y algunos filosofastros exclamaron ¡con mi marxismo no te metas! Y calificaron a Chávez de “Socialista Burocrático”, “Despótico”, “Totalitario” y “Stalinista”. Hasta Consalvi opinó, se burló y confesó su frustración en el intento de ser marxista.
Los renegados, escuálidos y filosofastros colocan interesadamente la discusión alrededor de preguntas inútiles: ¿Cómo saber si una persona es marxista, qué significa ser marxista? Así, distraen la discusión importante.
Evitan las preguntas que ayudan a avanzar, por ejemplo: ¿Cómo saber si una persona es Revolucionaria? ¿Se puede ser revolucionario sin ser marxista, y marxista sin ser bolivariano, martiano, y bolivariano sin ser Cristiano?
Estas preguntas colocan la discusión en su justo lugar, en lo que importa. Veamos.
Revolucionario es un líder que se ubica en el río de la historia, de los que han luchado por las transformaciones radicales y necesarias para alcanzar en la humanidad “la mayor suma de felicidad posible”.
Río que comienza con Cristo y su “amaos los unos a los otros”, y al que pertenecen millones de mártires y héroes, que con su conducta y pensamiento han dado sentido, justificado la existencia de la humanidad.
Entonces, la pregunta que debemos hacernos es ¿Chávez es un líder Revolucionario?
La respuesta es un afirmativo inmenso: no sólo es revolucionario, sino que es uno de los más importantes revolucionarios de toda la historia de Venezuela y del Continente.
Decimos esto no llevados por el sentimiento, lo que sería válido, lo decimos también porque así lo autoriza la historia. Veamos.
Nadie antes consiguió llevar la idea y la práctica de la transformación radical de la sociedad tan lejos como Chávez. Nadie consiguió difundir a tan altos niveles la discusión sobre el Socialismo. Nadie colocó al pueblo en el camino de la construcción de otro mundo. Nadie nunca desarrolló una política internacional que modificara radicalmente las relaciones entre los pueblos, sustituyendo la relación mezquina comercial, por la relación fraterna de las naciones. En resumen, nadie cumplió a tan elevados niveles el precepto marxista de: “transformar al mundo, más que contemplarlo”.
Es así que a pesar del asco de renegados, escuálidos y filosofastros, este pueblo tiene a un líder de los que aparecen cada cien años, tiene una idea, el Socialismo, que es el resumen de lo mejor que ha producido la humanidad en milenios de búsqueda del reino de la libertad, tiene los recursos espirituales y materiales para construir el ejemplo.
Por tanto, este pueblo tiene la responsabilidad de avanzar hacia la construcción del Socialismo, tenemos el reto de ser ejemplo, no hay excusa para no hacerlo, es vital para la sobrevivencia de la humanidad que lo hagamos.
¡Chávez es Cristiano, Bolivariano, Marxista y Fidelista, porque es Revolucionario!
¡Marx no era marxista, pero hoy sería Chavista!

14.2.10

EL ENIGMA DE LA VOLUNTAD

En política existen muchos enigmas, y muchas ficciones que pretenden darles respuestas. Uno de estos es la manifestación de la voluntad de una sociedad.
Uno de los fundamentos de la política es descifrar esos enigmas, y de la manera que lo hagamos nos ubicará en una determinada posición ideológica.
Exploremos el enigma de la manifestación de la voluntad en una sociedad. El asunto es complejo, tiene múltiples interrogantes. Veamos.
¿Es la voluntad de una sociedad un hecho libre, espontáneo, voluntario de sus miembros, o por el contrario obedece a los intereses de una fracción de la sociedad que coloniza la mente del resto y la manipula? Intentemos respuesta.
Toda sociedad de clases es una situación de dominación, donde la clase dominante, hegemónica en lo económico, lo es también en lo espiritual, influye al resto de la sociedad para que sea parte fundamental en la justificación del sistema que la domina.
Así, la manifestación de la voluntad de la sociedad es en realidad la manifestación de la voluntad de las clases dominantes. Toda la cultura dominante, la religión, la educación, el arte, está al servicio de esa transferencia de voluntad.
Esto explica que sociedades enteras elijan, una y otra vez, a sus verdugos, se explica que pinochet regrese a Chile encarnado en uno de sus secuaces.
Las clases dominantes necesitan institucionalizar esa voluntad perversa, dar la sensación de legalidad. Por eso hicieron de las elecciones un fetiche, una ficción.
Para ellos es fácil manejarlas, son su válvula de seguridad. A una opción minoritaria la pueden presentar como manifestación de la voluntad popular, y si todo falla, dan un golpe. Honduras es un ejemplo entre miles.
Las elecciones oligarcas se han convertido en el mundo capitalista en el único criterio de manifestación de la voluntad, de la legalidad. Éstas son un mediocre criterio, no es el mejor, ni es el único, y casi siempre es perverso.
Si consideramos la brutal abstención que acompaña a estos procesos, la dispersión en varios candidatos, las manipulaciones y presiones posibles, tenemos que aceptar que casi siempre la mayoría en elecciones no es la voluntad de la sociedad, ni del grupo que elige, sea un partido o un sindicato.
Podemos concluir que la dominación oligarca tiene en las elecciones una forma que le es propia y perversa de legitimarse.
Entonces ¿cuál es la manera de legitimarse la Revolución?
La legitimación revolucionaria es la movilización popular alrededor de las propuestas de los líderes. El Libertador, la Independencia, se legitimaron en la inmensa movilización que fue la Guerra de Independencia. Cuando el pueblo, abusado en su credulidad, no se movilizó más, entonces vino San Pedro Alejandrino. Después Santander se legitima en unas elecciones.
Hoy en Venezuela debemos derrotar la credulidad, cerrar filas alrededor de Chávez. Con irreverencia en la discusión y lealtad con la decisión.
Chávez debe decidir los candidatos, así frenaremos las ambiciones subalternas, fortaleceremos la Revolución.
¡A Chávez lo legitima la movilización del pueblo!
¡San Pedro Alejandrino no se repetirá!