12.2.11

¿QUÉ VIENTO HINCHA LAS VELAS DE TU NAVE? (Sábado 12-02-2011)

Dice un antiguo adagio de marineros, que el viento que hincha las velas decide el rumbo de la nave, la sentencia contiene la sabiduría del hombre de oficio.
Trasladando esa sentencia a la política de la Revolución, servirá para comprender los mares que navegamos. Los vientos del sistema burgués soplan fuertes nuestras velas de Revolución. Veamos.
El Congreso se mantiene apegado a la lógica del sistema burgués. Las interpelaciones, que siempre ganará la Revolución, dan la impresión de amigos que pelean, con puños de mentirilla, pero al final conviven, con diferencias menores, de matices, con la posibilidad y necesidad de colaboración. La masa, ausente.
El principal malestar social, la inseguridad, es confrontada principalmente en los números, y se invita a todos los sectores a conciliar su solución, es una discusión que han podido dar AD, COPEI y el MAS, perfectamente.
El viento capitalista nos cubre, damos la imagen de que ese sistema funciona, sólo falta un poquito de disposición de las partes, encontrar interlocutores en los diferentes bandos, un acuerdo nacional. Así, la Revolución se hace cada vez menos necesaria, no hay razones sagradas para luchar por ella, para buscarla como busca oxígeno el que se ahoga. Las diferencias sólo son de cantidad.
Ahora apareció el viento electoral burgués. Las encuestas para escoger candidatos abundan, brotan los precandidatos como aspirantes a reinados de belleza o pretendientes a un premio de farándula, al oscar.
Ya Luis Vicente León, “experto electoral”, aderezó el ambiente con sus indicaciones: confiesa con desfachatez que los candidatos oligarcas necesitan someterse a los grandes financistas, pero que debían ser más populares. Y propone un objetivo estratégico: demostrar que Chávez es bueno, como el arroz con pollo, pero debemos cambiar el menú. Una fórmula banal para decidir el destino de un país, similar a las usadas por la cuarta cuando se votaba guiado por supersticiones o por cábalas numéricas, recordemos que el gocho iba para el ochenta y ocho porque rimaba.
Es así, las elecciones volvieron con sus mecanismos de estupidización y sus financiamientos millonarios en dólares. No hay dudas, los vientos que hinchan las velas son los de la burguesía. Es indispensable avivar el fuego revolucionario, los vientos que nos llevan al Socialismo.
Si caemos en la trampa de la lógica burguesa, conformándonos con triunfos en ese markenting, si afrontamos las elecciones burguesas, comportándonos como una pieza más de ese sainete, si permitimos que los vientos revolucionarios se calmen, corremos el alto riesgo de perder las elecciones y la Revolución.
Es necesario demostrar la urgencia vital de sustituir el capitalismo y construir el Socialismo. Resaltar que la meta de la Revolución es establecer nuevas relaciones económicas que eliminen la infamia de unos pocos apropiándose de lo que es de todos, establecer relaciones fraternas entre los humanos empeñados, ahora sí, en una sola tarea: rescatar al humano de su condición de mercancía, salvar a la humanidad. Esas son razones por las que vale la pena luchar.
¡Con Chávez me Resteo!

11.2.11

EL SOCIALISMO Y LA NIÑA QUE VIO A UN CAMELLO (Viernes 11-02-2011)

A un socialista en esta etapa lo habita una contradicción: saberse fragmento del pasado que debe ser superado y ser simultáneamente ciudadano del futuro.
Cuando el socialista contempla a una niña que se maravilla frente al descubrimiento de la vida, cuando se emociona con la sorpresa de esa niña que ve por primera vez a una gallina, a un camello, a una flor, o siente la lluvia y la identifica con la alegría, o relaciona la palabra luna con lo extraño que descubre en el cielo, en esa admiración el corazón socialista se conmueve.
…Y en esos momentos de supremo humanismo el socialista recuerda que, de seguir la marcha demencial del capitalismo, esa niña no podrá sentir la emoción de ver a sus hijos, erguirse humanos en el asombro de la relación de la vida con la vida…quizás ya no habrá más niños, no habrá vida que observar ni vida que la observe.
Y así se sumerge en la contradicción de luchar por el futuro o acomodarse al pasado. Romper la costumbre o continuar como un barquito de papel que mece el viento de los mediocres. Postergar el sueño a épocas improbables.
Presiente que para él, desde que despertó, desde que vio claro el futuro, ya no habrá más sosiego que luchar. Se sabe en minoría, el salto sobre el abismo aterra, la luz del sol del futuro desvía las miradas, la costumbre conduce a los zombis al patíbulo. Pero el socialista sabe que la solución a la contradicción es luchar, la quietud ya no es posible, la responsabilidad sagrada de salvar a la especie le quema por dentro, el fuego que clama por cambio tomó cuenta de su vida.
Su principal obstáculo es la costumbre, aparece desapercibida, no se siente, pero mantiene en el redil al rebaño, sus bardas son sutiles.
El rebaño va llevado por lo que siempre ha sido. A veces obtiene “triunfos” y sale arrogante a pregonar el éxito, que siempre es dentro de lo permitido por la costumbre, nunca a contramano, nunca sin que el semáforo esté en verde, no trasgrede la línea amarilla.
Gasta el tiempo como los cachorros de tigres, que luchan entre ellos en juegos de cacerías vacíos. Sólo boxea con sombras, le aúlla a la luna, y amanece creyendo que ella se ocultó porque le temía. Así son los del rebaño, inofensivos, peligrosos para nadie que no sea el vecino, a quien pone zancadillas y mezquindades sin saber que la suerte de él es la suerte de todos.
El socialista en esta etapa debe fracturar la costumbre, atreverse a decir lo contrario de lo que todos piensan, asombrarse asombrando, osar, ir a donde nadie ha ido, pintar una pared y gritar ¡Despierten! Tener fe.
Pero sobre todo el Revolucionario debe acompañar a Chávez en la esperanza de construir el Socialismo que salva.
¡Chávez es Garantía!

10.2.11

EL EQUILIBRIO DE LA DOMINACIÓN (Jueves 10-02-2011)

La dominación, mediante la cual una minoría somete, se apropia del trabajo y de la riqueza de la mayoría, tiene dos componentes:
Uno material: es la captura del trabajo ajeno expoliando de varias maneras al trabajador: la esclavitud, la servidumbre, el capitalismo.
El otro es espiritual, cultural: se trata de la justificación y aceptación de la explotación, y es posible porque el explotado acepta sumiso su inferioridad, su incapacidad de valerse en el mundo sin la ayuda del explotador. Y el explotador se ve como superior, desprecia al explotado, no lo considera ser humano, sino un instrumento de trabajo, mercancía, una cosa.
Cuando este equilibrio se rompe, cuando el explotado se rebela y produce una confrontación, una pugna por la creación de un nuevo orden social, entonces los explotadores luchan por sus intereses materiales, sus privilegios, sus fortunas. Sin embargo, lo que más lo mueve, lo que más lo conmociona, es la sensación intolerable de que los de abajo se le igualen.
Cuando los desposeídos aprenden a leer, van a las universidades, son oficiales del ejército, filósofos, artistas, tienen posibilidades de desarrollar sus cualidades sin más límites que su capacidad individual, entonces se produce en la oligarquía explotadora un choque psíquico de inmensa magnitud y todo su andamiaje mental se viene abajo.
Ya no son superiores, ya los humildes no son miserables, ese cambio de su mundo espiritual, psíquico, cultural, que es condición esencial de una Revolución, les aterra más que sus pérdidas materiales, y explica las reacciones violentísimas, desesperadas, demoníacas, de la oligarquía. Son reacciones que vienen de sus infiernos mentales más profundos.
De allí que no se puede llamar a diálogo en Venezuela sin tener en cuenta estas circunstancias. Aquí, por obra y gracia de la Revolución, se rompió el equilibrio de la dominación. Ahora los “sin nada” se igualaron, y en la oligarquía emergió el terror a desaparecer, que es el peor de los temores.
¿Cómo imaginar que los mantuanos, los oligarcas, se sienten a dialogar con el igualado Chávez? ¿De qué pueden hablar? ¿Cómo confiar en las buenas intenciones de los que sólo se les aquietará la tormenta interior que el miedo agita, si regresamos a la sumisión?
Plantear diálogo es no entender lo que está pasando entre nosotros, lo que ya ha pasado, es pensar que las aguas de la dominación pueden volver a su cauce en sana paz, es no entender lo que el enemigo conoce muy bien: un pueblo cuando es tocado por el milagro de su redención, cuando parió a un líder, no vuelve a ser esclavo sin el uso desmedido de la fuerza.
Cuando los orillados de siempre comprenden el camino de su liberación, rompen el equilibrio que los mantenía esclavos, no tienen otra opción que avanzar. Si se detienen, si retroceden, serán víctimas de inmensos infortunios. La oligarquía explotadora no perdona el susto de la insurrección de los humildes.
Sería muy bonito el diálogo, pero es imposible cuando una Revolución es verdadera.
¡Chávez es Garantía!

9.2.11

LOS VALORES SOCIALISTAS (Miércoles 09-02-2011)

Los valores del Socialismo se prefiguran en los núcleos que dirigen su construcción y su defensa, no están aislados de la gran batalla contra el capitalismo.
El principal valor Socialista es el sentido de pertenencia a la sociedad, la Conciencia del Deber Social, ese es el centro de la batalla por su construcción, el núcleo de la ética y moral de los socialistas, todo lo demás debe contribuir a este valor.
De esta manera será Revolucionario lo que favorezca este valor de sentido de sociedad, y será contrarrevolucionario aquello que lo degrade o desdibuje.
No es fácil rescatar el sentido de pertenencia a la sociedad, son milenios de egoísmos, de soluciones individuales a la vida los que ha padecido la humanidad. Se trata entonces de un salto formidable hacia, como pensó el Che, “el escalón más alto que puede alcanzar la especie humana, el ser revolucionario”.
De aquí se desprende el segundo valor revolucionario, el de luchar siempre por la Revolución, por el Socialismo. Esa es la realización del humano, en esa batalla nos construimos, no hay nada que pueda superar la urgencia de la lucha por la nueva sociedad.
Se ha intentado integrar a la sociedad, esa es la esencia del planteamiento de Cristo, el “amaos los unos a los otros” de hace dos mil años, es una invocación a la integración, al Socialismo. Pero es en esta época que nos tocó vivir en la que asombrosamente tenemos la oportunidad única de luchar por la concreción de la aspiración socialista.
El tercer valor es la disciplina, este valor se enfrenta a la indisciplina que emana de la existencia individualista de la pequeña burguesía y de los marginales, que tiñe a toda nuestra sociedad.
La disciplina revolucionaria es consciente, esto significa que no es producto del miedo sino del convencimiento en la idea, en la estrategia, y de la fe en el líder. Siendo así, nada justifica la indisciplina.
Pero como contrapartida a esta disciplina, existe la irreverencia en la discusión. En las discusiones entre revolucionarios al interior de los organismos no existe la jerarquía, no existe el argumento de autoridad, eso asesinaría la discusión. Ahora bien, a la hora de la acción, funciona la jerarquía, la disciplina.
Es con Chávez que se le presentó la oportunidad a este pueblo y a los revolucionarios, que vienen luchando desde lo profundo del siglo pasado, de convertir los sueños en verdades. Nunca antes estuvimos tan cerca de hacer realidad los anhelos de tanta sangre derramada y tanto esfuerzo, nunca antes la lucha tuvo tanto sentido.
De allí que el cuarto valor ético y moral, que emana del sentido del momento histórico, es la defensa del Comandante Chávez, sin mezquindades. Chávez es el Revolucionario más importante de esta época y de épocas pasadas. Nunca nadie condujo a este pueblo tan cerca de los cambios profundos que reclama la humanidad. Esas son sus acreditaciones. Defenderlo es defender la esperanza.
¡Chávez es Garantía!

8.2.11

¿POR QUÉ ES IMPRESCINDIBLE ORGANIZARSE? (Martes 08-02-2011)

El llamado fue claro: debemos organizarnos y trascender al “partido maquinaria electoral”. Importantísima la convocatoria. Existen muchas razones para apoyarla, veamos una de ellas.
El Socialismo debe ser obra de los hombres del capitalismo. Hay allí una paradoja, un círculo vicioso, similar a aquella pregunta: ¿quién educa a los educadores para la nueva sociedad? La interrogante encuentra solución en el Partido Revolucionario, esa es una de sus más importantes misiones, lo justifica.
Los Revolucionarios agrupados forman un organismo que los trasciende. Este organismo, en virtud de la convivencia revolucionaria, de la nueva relación de crítica afectuosa, resume y resalta lo mejor de cada uno de sus miembros, y minimiza sus defectos.
Se produce así un hecho milagroso: el organismo del Partido Revolucionario se exorciza, por la acción colectiva, de su herencia de valores capitalistas. Así surge un nuevo factor para el cambio, diferente y más revolucionario que cada uno de los individuos que lo conforman. Ese es el motor indispensable para la construcción y defensa del Socialismo.
Ese organismo, esa militancia, es la base para llevar el mensaje revolucionario. Su acción desde la nueva relación humana es un ejemplo que le confiere credibilidad a cualquier mensaje y a cualquier dato estadístico. El pueblo ve en esos militantes, en esos organismos, la prefiguración de la nueva sociedad, y la identifica como la buena nueva, la meta, la superación del egoísmo que nos impone el capitalismo.
Ese es el objetivo de la transformación del partido. La vigilancia, el cuidado de esos organismos, las críticas y, por qué no, las sanciones y amonestaciones, sin duda construirán al “educador de los educadores”.
De aquí surge una pregunta ¿Cuáles son los valores revolucionarios, de dónde vienen, por qué esos y no otros, cuáles son sus antagonismos con los valores capitalistas, cómo defenderlos, cómo mostrarlos indispensables, por qué sólo se manifiestan en colectivos?
Los valores éticos y morales del Socialismo emergen de las entrañas del cambio, del alma de la nueva sociedad, se trata de fundar al Hombre Nuevo, el hombre del Socialismo, y superar al hombre del capitalismo.
Si esto es así, es fundamental conocer cuál es la esencia del Socialismo, esa será la condición del Hombre Nuevo, y deberá ser la naturaleza de los organismos del Partido Revolucionario. Veamos.
El capitalismo tiene como base al egoísmo, la fragmentación social, la pérdida del sentido de pertenencia a la sociedad, el lucro material, el dinero, los bienes como justificación de la existencia: “mientras más tienes más vales”.
El Socialismo, en contraste, se propone rescatar la integración de la Sociedad, el sentido de pertenencia a ella, la comprensión de que sólo encontrados con la sociedad y no enfrentados a ella con el egoísmo, podremos realizar nuestro desarrollo individual, la existencia se justifica por la existencia de los demás. Esa relación fraterna entre los humanos, y de ella con la naturaleza, nos potencia y eleva las posibilidades de todos.
Pensemos en un hombre sin relaciones, un náufrago…y comprenderemos la necesidad del Socialismo.
¡Chávez es Socialismo!

7.2.11

11 y 12: EL GRAN PROYECTO (Lunes 07-02-2011)

Pocas veces en la historia política nuestra, dos años han estado tan íntimamente relacionados como el 2011 y el 2012, quizás los años 1810 y el 1811 muestran un similar enlazamiento.
El 11-12 es uno de esos períodos definitorios en los que cada acción, cada decisión, por insignificante que parezca, tendrá repercusión importante sobre el rumbo social.
Esta fase es de aguda disputa del poder, de la hegemonía. La sociedad convulsionada busca un reacomodo en las relaciones sociales, en esta pugna sólo tienen oportunidades de triunfo las clases portadoras de proyectos de sociedad, proyectos que trasciendan los límites mezquinos de su clase, es decir, clases que tengan visión de la totalidad social.
Sin proyecto de sociedad, por más que una clase participe en la pugna por la hegemonía, siempre terminará a la cola de un proyecto ajeno. La historia ilustra esta afirmación.
En la Revolución de la Independencia participaron varias clases sociales. Temprano entendió el Libertador la necesidad de la intervención de esclavos, indios y pardos en la contienda, pero no fue capaz, no podía, no era tiempo, de construir un proyecto de sociedad propio de estas clases. El resultado fue el triunfo de los oligarcas criollos aliados a los neooligarcas, ellos eran los que tenían proyecto de sociedad, y por eso capacidad de disputar con los oligarcas peninsulares.
En nuestros días la situación es similar, la Revolución sólo tendrá oportunidad de éxito, de cumplir el sueño de Bolívar, si construye y hace viable un proyecto de sociedad alternativo al capitalismo y lo encarna en las clases desposeídas, las dirige, las dota de una nueva visión del mundo. En otras palabras, la Revolución sólo será posible si es radical, si corre los riesgos de ser una Revolución Cultural, un Gran Proyecto.
¿Cómo hacerlo?
La respuesta debemos buscarla en la historia, en la teoría revolucionaria universal. El Che en su El Socialismo y el Hombre en Cuba nos da una orientación útil. Dice el Che:
…“llegó la etapa de la lucha guerrillera. Esta se desarrolló en dos ambientes distintos: el pueblo, masa todavía dormida a quien había que movilizar y su vanguardia, la guerrilla, motor impulsor de la movilización, generador de conciencia revolucionaria y de entusiasmo combativo. Fue esta vanguardia el agente catalizador, el que creó las condiciones subjetivas necesarias para la victoria. También en ella, en el marco del proceso de proletarización de nuestro pensamiento, de la revolución que se operaba en nuestros hábitos”…
El párrafo encierra muchas claves de enseñanza. Veamos.
“Proceso de proletarización”, nos indica que la ideología revolucionaria, la proletaria, migra, no es privativa de una clase, en este caso es incorporada por los campesinos, a través de una “revolución que se operaba en nuestros hábitos, en nuestras mentes”… Y concluye: “La vanguardia que se proletariza crea las condiciones subjetivas necesarias para la victoria.”
He allí las claves para la consolidación del proyecto revolucionario en estos dos años: Conciencia, Vanguardia, Ideología. En resumen, proletarización de la Revolución, esa es la tarea.
¡Chávez es Garantía!

6.2.11

LA CONFEDERACIÓN DE CONSEJOS COMUNALES (Domingo 06-02-2011)

El Presidente Chávez asomó la posibilidad de construir una Confederación de Consejos Comunales. Sería un paso fundamental hacia el Socialismo o, para ser más precisos, sin ese paso no hay Socialismo ni verdadero Poder Popular. Expliquémonos.
El capitalismo es la fragmentación de la Sociedad, al contrario del Socialismo que es la integración Social. Este salto supone una serie de cambios organizativos y espirituales. Uno de ellos, el más importante, es la formación de la Conciencia del Deber Social, para eso son necesarias las organizaciones sociales, las nacionales. La organización local produce Poder Popular local, la organización nacional produce el verdadero Poder Popular, el nacional.
Al capitalismo no le interesan organizaciones sociales nacionales, por eso proponía Asociaciones de Vecinos aisladas, interesadas nada más por su pequeña parcela. Los partidos nacionales eran meros aparatos electorales, cada vez más, agencias de marketing.
El Socialismo, en oposición al capitalismo, busca la Conciencia de Sociedad, por eso es imprescindible que proporcione al pueblo organización social, y ésta sólo es posible si tiene visión nacional. Es así que el Consejo Comunal aislado juega un magnífico papel en su ámbito, lo mismo la Comuna, pero sólo proporcionan una militancia local, una visión restringida a sus poligonales, por eso crea egoísmo, los miembros se confinan a su pequeño espacio. Son, en última instancia, enemigos del Socialismo, porque no comprenden, no tienen, no pueden tener, visión de sociedad.
Deben ser complementados con la visión universal, que se hace política, esa es la principal función de la Confederación propuesta por Chávez. Sin esa organización, es imposible la visión de sociedad y la elevación de la Conciencia de Sociedad, estaremos únicamente organizando egoísmos colectivos, creando una formidable barrera a la Cultura Socialista. Cosecharemos así derrotas surgidas de la mezquindad.
Esa Confederación de Consejos Comunales reunirá lo local y lo universal, será un verdadero tejido social, de esa manera volveremos a ser una verdadera sociedad, en la que cada uno de sus miembros sienta a su entorno a través de lo universal.
Esa organización sacará a los Consejos de su ámbito económico y les dará visión política, es decir, de país, de Gobierno Revolucionario, visión más allá de lo que al Consejo, a la Comuna, compete, les dará visión universal. El Consejo Comunal se involucrará en la vida de la sociedad toda, y del planeta todo. Sólo de esa manera nacerá el hombre nuevo, miembro genuino de la Humanidad.
La propuesta de Chávez es de importancia vital, no puede verse a la ligera, no es un capricho, algo que se puede hacer o no, dependiendo de las leyes actuales, o de algún otro asunto subalterno. Podemos decir, sin exageración, que de esa Confederación depende la construcción del Socialismo.
Esa Confederación junto a un partido organizado, que haya superado lo meramente electoral, serán el soporte social-político de la construcción del Socialismo y de su defensa, con ese tejido no habrá sobresaltos electorales, los oligarcas serán desplazados con sus propuestas mezquinas, quedarán al descubierto. Derrotaremos al capitalismo.
¡Chávez es Socialismo!