5.1.13

PLUSVALÍA Y PRODUCTIVO (Sábado 05-01-2013)


Plusvalía y Productivo son dos términos muy usados en estos días, es importante precisar sus definiciones. Veamos.
Plusvalía, se puede entender como equivalente a beneficio o especulación, de esta manera un expendio de mercancía que cobre muy por encima de los costos será un plusválido o un especulador. Esta definición será correcta, pero es insuficiente.
Si nos quedamos sólo con ella podremos perseguir a los especuladores, pero no abarcaremos la profundidades del capitalismo. Expliquemos.
La plusvalía importante para la Revolución, sin la cual no es posible entender el funcionamiento del capitalismo, debe definirse como el tiempo de trabajo que el obrero realiza más allá del tiempo de trabajo que el capitalista le remunera, es en pocas palabras, un tiempo de trabajo que el obrero realiza y el capitalista no paga.
La Plusvalía así definida evidencia el robo del capitalista llamado “productivo”. No es optativa, es decir, todo obrero que trabaja para un capitalista, sea este grande, mediano o pequeño, es necesariamente esquilmado, no se puede escapar. Entonces, podemos concluir: “si es capitalista, necesariamente es ladrón”.
Esta plusvalía del productor capitalista, es el origen de la plusvalía del comerciante, y del comportamiento egoísta de la sociedad.
Sólo la Propiedad Social de los medios de producción, administrados por el Estado, hace posible la eliminación de la plusvalía en la producción, y como consecuencia todas las plusvalías. Sólo sobre esa nueva relación se puede edificar el Socialismo.
El otro término muy usado en estos días es el de “Productivo”, se usa como una patente para certificar teorías, así se habla de proceso productivo, socialismo productivo, sector productivo, etc. El término consagra, pero, ¿qué hay en sus profundidades? Veamos.
Para el capitalismo lo productivo es lo que reproduce su capital, es decir, lo que les permite la mayor Plusvalía. La mayor explotación posible.
Para el capitalista la mercancía no es vista desde el punto de las necesidades que satisface, sino que es considerada por su capacidad de competir en el mercado, del trabajo que contiene, o en otras palabras, las ganancias que le proporcionen.
De esta manera, cuando el capitalismo habla de productivo, está hablando de explotación. Así, el sector productivo será el sector explotador, el proceso productivo en realidad es el proceso explotador.
Una producción sana, un “sector productivo no explotador”, sólo es posible en el Socialismo, en donde el producto del trabajo es destinado a satisfacer las necesidades sociales, y el trabajador no es esquilmado, porque trabaja para la sociedad, y todo el fruto de su trabajo se revierte en su beneficio, en tanto trabajador y en tanto ser social. El trabajo le es recompensado de acuerdo a sus necesidades y él trabaja de acuerdo a su capacidad.
De allí que la lucha contra la especulación, la batalla por la producción, tiene que ser la confrontación, en el terreno económico, con el capitalismo. Hoy más que nunca el Socialismo se construye con Socialismo y nunca con capitalismo.
¡Con Chávez!
¡Irreverencia y Lealtad!

4.1.13

CUBA DEFINE (Viernes 04-01-2013)


           En 1989, el mundo asistió perplejo a la caída sin combate del campo socialista. Inmediatamente florecieron teorías para explicar al nuevo mundo que se estructuró sobre los escombros del muro de Berlín. Se llegó hasta vaticinar el fin de la historia, absurdo que aún sobrevive.
           En Venezuela la situación fue similar. Salieron nuevas interpretaciones del mundo y se produjo un cataclismo en la teoría revolucionaria. El escepticismo cundió, pasarse al campo contrarevolucionario era tolerado, bajaron las tensiones entre los revolucionarios y los dirigentes del status.
          Muchos líderes revolucionarios pasaron a formar parte de los gabinetes de los gobiernos de la dominación. Se vendieron los libros de Marx y de Lenin a las librerías de usados, que los compraban a precio de papel de envolver. Era mal visto hablar de la época de la guerrilla, o se mencionaba con desprecio.
       Todo parecía definido, el mundo se había reconstruido, el asunto era insertarse, conseguir ubicación en aquella arquitectura social que duraría por los siglos de los siglos.
Un hecho perturbaba a estos exrevolucionarios, ahora renegados: Cuba estaba allí, permanecía, resistía… ¿Por qué? ¿Por qué? Ninguna de sus neoteorías daba explicación a este hecho. Todas se estrellaban frente a la fortaleza moral cubana.
            Las explicaciones llovieron con desespero: “está allí, pero tiene problemas, no hay jabón”. “Está allí, pero no hacen elecciones”. “Esta allí, pero no cumplen con los derechos humanos”. Explicaciones y justificaciones que se derretían al acercarse a los hechos: estaba allí, bloqueada, sin ayuda, sola en el mar del capitalismo, y no caía.
        La lección era una: el Socialismo es viable y es el futuro de la humanidad.
 Sólo un pueblo Socialista es capaz de la hazaña de la Cuba de aquellos días: ¡resistir a la caída del campo socialista, y al embate del imperio más poderoso que ha conocido la historia!
            Ella preservó la esperanza.
         Nos decía con su ejemplo que un mundo mejor es posible, que la historia no terminaba con el capitalismo, que la enfermedad era superable. Poco a poco, la humanidad volvió sus ojos a Cuba. Su llama heroica aún alumbra el camino de salida del infierno capitalista.
         La posición frente a Cuba define a los revolucionarios. A ella nos une algo más que intereses materiales o afinidades ligeras: nos une la hermandad de remar juntos en el mismo barco, el de la redención del humano, el del Socialismo.
          ¡Viva Cuba Socialista!

3.1.13

PERÍODO ESPECIAL (Jueves 03-01-2013)

Una de las enseñanzas más importantes de la Revolución Cubana es el comportamiento de aquella sociedad y de sus dirigentes frente al derrumbe del Socialismo Soviético. Veamos.
            La economía Cubana cayó en 85 % de un día para otro, un golpe del que nadie esperaba recuperación, todos presentían la caída de la obra de Fidel, unos con alegría, otros con tristeza.
            Pero el milagro ocurrió, la Revolución Cubana resistió y preservó el ideal Socialista, conservando así la posibilidad de salvación del mundo de la voracidad capitalista, que sin duda, nos conduce al infierno.
            Cuba ante las dificultades económicas decretó un Período Especial que es importante estudiar.
            Aquel Período Especial era producido por la escasez, se necesitaba entonces acerar las fuerzas morales del Pueblo, la información, las organizaciones sociales, la vanguardia política, para que el Pueblo no entregará su dignidad, no entregara la Revolución por “un plato de lentejas”.
            Se hicieron planes de emergencia económica, funcionó la planificación central, que es la forma como la sociedad toma cuenta de su destino, de sus recursos, y los coloca donde más lo necesite. Así se preservaron los principales planes sociales, se racionalizó la economía, se protegieron los niños y los ancianos, nadie quedó abandonado.
            Una de las principales enseñanzas de aquella experiencia es que la sociedad socialista por medio de la planificación central y la iniciativa popular supera cualquier adversidad. Sociedad, individuo y Estado entrelazados en un esfuerzo común superaron la dificultad mayor que ha sufrido un Pueblo en tiempo de paz.
            La otra experiencia principal fue que todo el esfuerzo se sustentó en la Conciencia del Deber Social. Los dirigentes y el Pueblo apelaron a la mejor fibra heredada de los libertadores de Cuba, se apoyó en el ejemplo de Martí y en la epopeya de la Sierra Maestra.
            El Pueblo fue convocado para el sacrificio que funda y preserva, y respondió guiado por el ejemplo de sus libertadores.
            Nosotros pensamos que aquel Período Especial, que surge de las carencias dramáticas, se caracterizaba por el peligro de las salidas individuales, por ser un terreno propicio para la tentación egoísta.
            Pero no hay ni habrá forma de “mercado” para pagar el sacrificio y la entrega de millones de hombres por un ideal. Por eso era importante la Batalla de Ideas, la batalla por la reafirmación de la Conciencia del Deber Social.
            Aquí en Venezuela, y aunque parezca paradójico, estamos también en un Período Especial de bonanza petrolera, que nos hace territorio propicio para la tentación egoísta.
            El peligro es el mismo, la Revolución se pierde por el egoísmo, base de la ideología capitalista, allá surgía de la escasez, acá surge de la abundancia.
            Entonces, la forma de atacar la situación es la misma: convocar al Pueblo para el sacrificio que funda y preserva, y con el ejemplo de los libertadores acerar sus fuerzas morales, profundizar la Conciencia del Deber Social, eficacia e información, Fe en el Socialismo, horror al capitalismo oligarca.
¡Con Chávez!

30.12.12

LA COMPENSACIÓN SOCIALISTA (Domingo 30-12-2012)

El capitalismo produjo una inmensa deuda social, sumió a la sociedad en la miseria material y espiritual: el hambre, la exclusión de todos los beneficios y de oportunidades arropó a las mayorías.
            El Socialismo debe pagar esa deuda, es un deber y una necesidad. No obstante, es imposible pagar la deuda social sólo en lo material, es indispensable, so riesgo de que todo se derrumbe, construir nuevas relaciones sociales, ahora amorosas, entre los hombres y de éstos con la naturaleza, construir un nuevo mundo, en el que no exista la apropiación del trabajo ajeno, donde, como dijo Martí, "todos luchen por el bien de todos".
            Todos por el bien de todos, he allí una síntesis genial de lo que es el Socialismo. ¿Pero, cómo llevarlo a la práctica, cuáles son las grandes líneas que rigen su construcción?
            Los clásicos nos dejaron un pilar de la teoría, indispensable para la construcción socialista: "de cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad". Este precepto tiene sus raíces en el cristianismo primitivo, el que nos dejó Cristo en sus sermones, el de la vida en comunidad.
            La Revolución Bolivariana en su camino hacia el Socialismo debe adecuar a su realidad la teoría socialista universal, que es producto de siglos de lucha del hombre por liberarse del monstruo egoísta que él mismo creó.
            La Revolución debe partir de nuestra realidad de país rentista, con distorsiones en nuestra economía y en nuestra conducta social, donde la riqueza proviene de la renta más que del trabajo. La política en estos cien años de renta petrolera ha estado signada por esta situación. La compensación petrolera, la repartición de la renta, califica a los gobiernos: “quien más reparta mejor es”. En época de bonanza el gobierno es simpático, cuando baja la renta el gobierno tiene dificultades.
            Las migajas de la renta petrolera daban estabilidad a los gobiernos, el pueblo narcotizado de consumismo se iba sumiendo en la miseria espiritual y material. El clientelismo era el opio del pueblo, las dádivas embozaban cualquier protesta.
            Esta estructura material y espiritual debe ser demolida, para eso es necesario subsanar las carencias materiales, pero sobre todo sustituir la espiritualidad que sostenía a toda esa armazón perversa. Es aquí donde se hace importante el pilar teórico del Socialismo. Veamos.
            Al dar a cada uno según su necesidad, una casa, acceso a la salud, la educación, etc., estamos saldando la deuda social en lo material.
            Al exigir de cada uno según su capacidad, que retribuya lo recibido, que compense a la sociedad el beneficio que ésta le otorga, estamos formando conciencia de sociedad, creando Conciencia del Deber Social.
            Todo beneficio que la sociedad a través del Estado da al individuo, éste debe compensarlo con trabajo de acuerdo a su capacidad. Los beneficios que la sociedad otorga no son una transacción económica, son un intercambio de afectos, de amor.
¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo!