16.2.13

LA CLASE OBRERA (Sábado 16-02-2013)


Se avecinan días fundacionales, en ellos se decidirá el futuro de la nación. El rumbo dependerá en gran medida de la clase obrera, sabremos si realmente es consciente de su papel histórico o si es mera posibilidad. Veamos.
La Revolución atraviesa un período de turbulencia, ¿quién lo puede negar?, hay desajustes en todos los campos de la vida social. La ausencia de Chávez es trauma de considerable importancia, la economía requirió reformular el precio del dólar, no consigue la Revolución controlar al capitalismo, la ofensiva de acaparamiento oligarca es una realidad, la conspiración es denunciada por mentes lúcidas, dejó de ser una suposición remota.
En este paisaje se observan dos conductas principales del movimiento obrero. Los dirigentes colonizados por la ideología burguesa, no salen de la lucha economicista y saltan al ruedo pidiendo aumentos, prebendas. De esta manera reducen el papel obrero a simples piezas del mercado, vendedores de la fuerza de trabajo, lo privan de su papel político, de factores en la conducción de la sociedad, le anulan su potencial de cambio.
Frente a estos, están los dirigentes obreros herederos de las mejores tradiciones, de las elevadas luchas obreras, de sus mejores combates, conscientes de su papel en las luchas reivindicativas de la clase pero también y principalmente de las grandes metas de la liberación de la sociedad del yugo capitalista, que plantean la lucha en otro terreno. Entienden que la principal reivindicación obrera es mantener la vigencia de la posibilidad socialista, y  a ese empeño subordinan todas sus acciones.
Comprenden estos últimos que sería un crimen histórico que por unas reivindicaciones de ocasión pongan en peligro el camino al Socialismo. Por eso se guían, en esta hora difícil, por la consigna ¡Si perjudica la marcha al Socialismo perjudica a la Clase Obrera, si favorece al Socialismo es bueno para la Clase obrera! De esta manera no cae en ilusiones momentáneas, no cambia su papel estratégico por un plato de lentejas inmediato.
 Es hora estelar para la Clase Obrera, tiene la rara oportunidad de conducir al resto de la Sociedad por los rumbos de su transformación definitiva. Es su deber hoy plantear las metas que signifiquen el avance del Socialismo, dejar claras sus características materiales y espirituales, luchar contra el reformismo, contra el capitalismo que busca extraviar el rumbo, y también contra los que desconocen el momento histórico.
Hoy es necesario, indispensable, cerrar filas con las instrucciones del Comandante, jugar cuadro cerrado con Maduro y el equipo, sin mezquindades, sin condiciones, defender al gobierno revolucionario de las amenazas vengan de donde vengan, combatir la búsqueda de atajos, nadie tiene más posibilidades revolucionarias que el gobierno revolucionario. La primera condición es existir, la Revolución debe existir, y dentro de ella podremos corregir todo.
Hoy tiene más vigencia que nunca la consigna ¡Con Chávez todo, sin Chávez nada! ¡Dentro de la Revolución todo, fuera de la Revolución nada! La clase obrera debe ser el ejemplo de conciencia revolucionaria que el planeta necesita, de lucha por cambiar al mundo, de grandeza.
¡Con Chávez!

15.2.13

¡RECTIFICAR! (Viernes 15-02-2013)


El principal pilar de la Revolución es su capacidad de rectificar, de corregir errores. Esta cualidad es decisiva, de ella depende su futuro. Revolución que no evalúa, que no rectifica, está condenada al fracaso. Las recientes medidas económicas, la tolvanera que han levantado, exigen reflexión que lleve a rectificaciones. Veamos.
Las medidas cambiarias, su discusión, deja en evidencia un problema central de nuestra economía: ¿Qué hacer con la renta petrolera?
Esta pregunta gira sobre nuestra sociedad desde hace cien años. Aquí la política está determinada por la actitud de los gobiernos frente a la renta, por su tamaño. Una bonanza determina un buen gobierno, unos precios bajos un mal gobierno, tanto es así, que se dice que aquí quien tumba gobierno son los precios bajos. Desde siempre los gobiernos se han limitado a administrar la renta, y lo han hecho de manera más o menos desatinada, sin mayor preocupación que ver el periódico en la mañana para enterarse de los precios del oil y dejar que permee un poco hacia abajo. Lo demás corría por cuenta del hemisferio occidental, del capitalismo internacional, de allí venía la cultura, la ideología.
Con la llegada de la Revolución regresó la pregunta ¿Qué hacer con la renta? Y la primera conclusión fue: "distribuirla con justicia". A primera vista el esquema parecía adecuado, se trataba de pagar la deuda social heredada. Pero el esquema pronto se agotó, demostró que no era suficiente la buena intención, que se construía así un mundo de maravilla pero irreal, insostenible. Se reveló que los beneficios materiales sin formación de una nueva cultura, de nuevos valores, de una conciencia de sociedad, en combate con las relaciones egoístas capitalistas, más bien son perjudiciales porque alejan a la sociedad de la cultura del trabajo, rompen la relación logro-esfuerzo, forman una cultura "sui géneris" que podemos llamar cultura rentista, una ludopatía, una adicción a los precios del petróleo, del dólar. Conspiran contra la construcción del Socialismo.
Las necesidades materiales desenfrenadas son infinitas, esa es una de las características del capitalismo, allí nunca el consumidor está satisfecho.
La etapa del reparto de la renta sin formación de conciencia y sin construcción de unas nuevas relaciones sociales, de una nueva cultura, llega a su fin, es inviable, no hay renta, por alta que sea, que la soporte, ese es el fondo que las medidas develan.
¿Qué hacer?
Lo primero es formar un núcleo duro de los sectores conscientes: los obreros que hayan superado el economicismo, los campesinos más avanzados, los sectores más conscientes de los barrios, los estudiantes, la vanguardia de los partidos revolucionarios, los Consejos Comunales de vanguardia, las Comunas que hayan conseguido superar su mezquino entorno… Todos unidos en la preparación ética del gran salto que supone ir de la simple repartición de la renta, de la "regaladera", a su utilización para la construcción de las nuevas relaciones, de la Propiedad Social de los medios de producción y de la Conciencia del Deber Social que con ella se entrelaza. La formación del verdadero Socialismo.
¡Con Chávez todo, sin Chávez nada!

14.2.13

LA COMPENSACIÓN SOCIALISTA (Jueves 14-02-2013)


El capitalismo produjo una inmensa deuda social, sumió a la sociedad en la miseria material y espiritual: el hambre, la exclusión de todos los beneficios y de oportunidades arropó a las mayorías.
            El Socialismo debe pagar esa deuda, es un deber y una necesidad. No obstante, es imposible pagar la deuda social sólo en lo material, es indispensable, so riesgo de que todo se derrumbe, construir nuevas relaciones sociales, ahora amorosas, entre los hombres y de éstos con la naturaleza, construir un nuevo mundo, en el que no exista la apropiación del trabajo ajeno, donde, como dijo Martí, "todos luchen por el bien de todos".
            Todos por el bien de todos, he allí una síntesis genial de lo que es el Socialismo. ¿Pero, cómo llevarlo a la práctica, cuáles son las grandes líneas que rigen su construcción?
            Los clásicos nos dejaron un pilar de la teoría, indispensable para la construcción socialista: "de cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad". Este precepto tiene sus raíces en el cristianismo primitivo, el que nos dejó Cristo en sus sermones, el de la vida en comunidad.
            La Revolución Bolivariana en su camino hacia el Socialismo debe adecuar a su realidad la teoría socialista universal, que es producto de siglos de lucha del hombre por liberarse del monstruo egoísta que él mismo creó.
            La Revolución debe partir de nuestra realidad de país rentista, con distorsiones en nuestra economía y en nuestra conducta social, donde la riqueza proviene de la renta más que del trabajo. La política en estos cien años de renta petrolera ha estado signada por esta situación. La compensación petrolera, la repartición de la renta, califica a los gobiernos: “quien más reparta mejor es”. En época de bonanza el gobierno es simpático, cuando baja la renta el gobierno tiene dificultades.
            Las migajas de la renta petrolera daban estabilidad a los gobiernos, el pueblo narcotizado de consumismo se iba sumiendo en la miseria espiritual y material. El clientelismo era el opio del pueblo, las dádivas embozaban cualquier protesta.
            Esta estructura material y espiritual debe ser demolida, para eso es necesario subsanar las carencias materiales, pero sobre todo sustituir la espiritualidad que sostenía a toda esa armazón perversa. Es aquí donde se hace importante el pilar teórico del Socialismo. Veamos.
            Al dar a cada uno según su necesidad, una casa, acceso a la salud, la educación, etc., estamos saldando la deuda social en lo material.
        Al exigir de cada uno según su capacidad, que retribuya lo recibido, que compense a la sociedad el beneficio que ésta le otorga, estamos formando conciencia de sociedad, creando Conciencia del Deber Social.
            Todo beneficio que la sociedad a través del Estado da al individuo, éste debe compensarlo con trabajo de acuerdo a su capacidad. Los beneficios que la sociedad otorga no son una transacción económica, son un intercambio de afectos, de amor.
¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo!

13.2.13

EL CARÁCTER DE LA CONFRONTACIÓN (Miércoles 13-02-2013)


El carácter de la confrontación definirá la calidad de las acciones. De la comprensión de esta relación dependerá el triunfo revolucionario. La clara delimitación de los campos es paso ineludible para la victoria. Bolívar temprano entendió esta urgencia,  aprendió de las derrotas, y con el decreto de Trujillo en 1813, que algunos historiadores llaman ligeramente "Decreto de Guerra a Muerte", deslinda los campos claramente. En realidad es una obra maestra de precisión política de los bandos en pugna.
En la democracia burguesa la confrontación es una opereta, el sistema  capitalista no peligra, al contrario, está protegido por esa fabulosa válvula de seguridad que son las elecciones burguesas. En estas condiciones surgen las llamadas "oposiciones serias", "comedidas", "responsables", que no son más que el otro brazo de la tenaza de la dominación oligarca.
Cuando en ese cuadro político que sólo simula la pugna se cuela una posición insumisa que pone en peligro la hegemonía del sistema capitalista, entonces la confrontación toma otro carácter, ya no se trata de una escaramuza dentro del sistema, si no una posibilidad revolucionaria, el capitalismo cruje, aparece una alternativa. El campo oligarca rápidamente detecta a su enemigo y su objetivo es derrotarlo, en ese empeño sacrifica toda ley, toda consideración ética, ya no hay más medida que la protección del sistema de depredación, ya no hay "oposición fundamentosa", sólo enemigo irreconciliable. Aparece descarnada la lucha de clases, dos proyectos están en guerra.
Esta es la situación en Venezuela, la oligarquía definió su campo en abril y con el sabotaje petrolero, son antichavistas, no hacen concesiones en este punto. Podemos decir, aunque parezca paradójico, que los burgueses nos conocen mejor que nosotros mismos, nos enfrentan radicalmente en todos los campos. Su alma nos reconoce enemigos, cuando aparecen amables es preparando un manotazo. Cuando hablan de dictadura, cuando no aceptan al gobierno o califican a Chávez de lo que se les ocurra, están definiendo los campos, moralizando a su base.
Nosotros debemos diferenciarnos también radicalmente, en el alma, en la conciencia, para eso debemos dejar claro la naturaleza de nuestra relación con los capitalistas de adentro y de afuera. Dar nitidez a nuestra ideología, a la teoría, tener fe en el Socialismo como solución a los problemas de la Revolución, no correr como gallina despescuezada tras el capitalismo a la primera dificultad. Entender que las crisis del Socialismo se resuelven con más Socialismo.
Es esencial en una Revolución la definición clarísima de los campos, las diferencias deben establecerse con precisión, que no queden dudas de que se trata de dos campos radicalmente enfrentados.  
En la Revolución violenta la definición la hace la trinchera, la barricada, los frentes militares, es hasta geográfica. En contraste, en las Revoluciones pacíficas, la definición exige de los dirigentes un comportamiento, unas declaraciones que no dejen incertidumbres de la pertenencia a un campo enfrentado al capitalista. Exige un programa y una acción que contraste con el plan oligarca, más allá de la retórica.
¡Con Chávez, Irreverencia y Lealtad!

10.2.13

SOLO LA VIOLENCIA PUEDE RESTAURAR LA DOMINACIÓN OLIGARCA (Domingo 10-02-2013)


¿Por qué la burguesía nacional se resiste al camino democrático? Siempre insiste en la vía violenta para truncar a la Revolución.
La oligarquía busca una salida violenta ya que su sistema de dominación electoral falló, permitió que se colara la Revolución. Ahora sólo la violencia podrá restaurar su dominación.
La burguesía sabe que el enfrentamiento violento es inevitable, que la vía electoral siempre será insuficiente, el restaurar su dominación debe ser precedida por una fase de terror. Usa las elecciones para preparar la violencia. Allende quiso transitar la Revolución Pacífica en Chile pero se vio obligado, por las fuerzas oligarcas, a tomar una metralleta, ponerse un casco y defender la dignidad del proceso. Fue víctima de una terapia de choque, pinochet no fue un accidente, fue una necesidad de la oligarquía, esa era la única manera de reponer su dominación.
Nosotros queremos ser una Revolución Pacífica, pero el acecho de la oligarquía nacional e internacional tiene otros planes, no pueden abandonar la senda violenta, para ellos es imprescindible: abril, diciembre, guarimba, desabastecimientos, sabotajes, amenazas de magnicidio, son pruebas de su búsqueda de una salida cruenta.
No hay dudas de que el episodio violento se repetirá indefinidamente. Mientras exista imperio, los pueblos que luchan por construir otro mundo serán sometidos a ataques. La pregunta es ¿qué hacer frente a la agresión?
La respuesta tiene dos componentes: uno, la respuesta militar dura, la preparación del pueblo para que la entienda y la ejecute. Eso escapa de este grano.
El otro, las medidas políticas y económicas que se deben tomar a la hora de la agresión o para impedirla.
No se debe dejar al espontaneísmo la respuesta de los bolivarianos. Frente a la agresión, en el nuevo episodio violento que necesariamente se presentará, las fuerzas bolivarianas deben profundizar la Revolución. De allí que la pregunta es ¿cómo hacerlo? La respuesta variará según la ideología. Veamos.
La pequeña burguesía llamará a la conciliación, a las mesas de diálogo. El hecho violento será atribuido sólo a sus organizadores, la clase oligarca saldrá incólume del suceso, las relaciones sociales no se modificarán.
Los anarcoides llamarán a saqueos, y los más avisados invadirán y tomarán posesión de lo que esté a su alcance. Sus esfuerzos serán vanos.
Los Revolucionarios, sus dirigentes y los militantes, deben profundizar la Revolución de la única manera que eso es posible: elevando, consolidando la conciencia de sociedad, del deber social: todos unidos, organizados, disciplinados en la línea de mando que tiene en su vórtice al Comandante Chávez. El bien para la sociedad será el bien para cada uno.
Socializando las propiedades de los golpistas y de la clase golpista. Los bienes que usa la oligarquía para explotar, especular y conspirar, deben pasar a Propiedad Social administrados por el Estado Nacional.
Esta será la única manera de romper con el círculo desgastante de agresiones oligarcas seguidas de períodos de acumulación para otra agresión.
¡Con Chávez siempre!