25.5.13

LA REALIDAD, MALDICIÓN DE LOS POLÍTICOS (Viernes 24-05-2013)


Un vicio de los políticos burgueses es evadirse de la realidad, la transmutan por sus deseos, su imaginación… su soberbia. Si los políticos son de poca alzada, más acentuado es el escape de la realidad. Una pizca de lisonja es capaz de perder a un alcalde. Para el escape de un gobernador o un miembro del alto gobierno se necesita más carburo.
capriles es un buen ejemplo de evasión de la realidad, deambula por allí como cadáver insepulto, con la lanza al ristre luchando contra un "dragón dictatorial" que sólo existe en las computadoras del departamento de estado y en la cabeza febril de leopoldo y pablo medina. Pasarán a la historia como los loquitos de pueblos del Llano que caminan las calles polvorientas haciendo llamados para apagar fuegos inexistentes. En el fondo viven en un disney  político que ellos y sus aduladores crearon. Allí nada malo les puede pasar, sólo hay confetis y papelillos.
Actúan como niños malcriados acostumbrados a un mundo que les obedece, allí consiguen todo lo deseado como con una varita mágica, y cuando bajan a la vil realidad, la varita no funciona, le falta fuerza a la cuenta bancaria de papito y mamita para complacerlos.
Con los Revolucionarios la situación es diferente, su conexión con la realidad viene dada por la real represión, ocho años en la isla del burro, tres años en la modelo, una ración de tortura y compañeros asesinados, obligan a considerar los hechos y aplastan los inventos, sólo queda campo para los sueños y luchar por ellos con los pies en la tierra, y con el corazón volando por el mundo del futuro posible.
Sin embargo, revolucionario en el poder, sea del tamaño que sea, no está inmune frente a la enfermedad del "humo en la cabeza". Debe vacunarse todos los días contra esa epidemia de los cargos. Los puestos están infestados por este virus, también conocido como la enfermedad del Rey Canuto, aquel Rey que en su delirio dictó una ley que controlaba las mareas, y se llegó un día hasta el mar y le ordenó que no hubiera más mareas, las prohibió. Por supuesto, las leyes, los deseos, la imaginación perdieron la batalla con la realidad.
Todos los días en todos los gobiernos vemos Canutos de todos los tamaños disparando edictos como fabricando salchichas, destituyen, ordenan, cierran lo que les incomoda, abren lo inocuo, analizan, y la realidad todos los días cachetea sus caras incrédulas.
Los Revolucionarios deben estar alertas frente a esta enfermedad. No pueden desligarse de la realidad, sustituirla por la pantalla de televisión, conformarse con ganar al adversario en la guerra de epítetos, hacer y deshacer confiados en arreglar todo sólo con su palabra, con un decreto, ilusionados que con cambiarle el nombre a las cosas le modifican su esencia: cuervo siempre será cuervo así lo llamemos paloma, cisneros siempre será cisneros, oligarca no cambia así se maquille de productivo. No discutir un problema nunca lo soluciona.
¡Con Chávez, con Maduro!

23.5.13

EL ASESINATO DEL GRANO (Grano del Viernes 24 de Mayo de 2013)


El evidente pacto entre la Revolución y el capitalismo, el camino desarrollado en los últimos meses, tenía que traer consecuencias políticas, no podía ser de otra manera: la cultura, la política, la espiritualidad, la organización, todo forma un solo cuerpo social cuyo centro es la relación económica.
La alianza del capitalismo con la Revolución no es simplemente un hecho económico, impacta en el espíritu social, lo modifica y, más allá del deseo de los dirigentes, exige cambios en la manera de ver al mundo. Los operadores de la acción del gobierno comienzan a actuar en tono a las nuevas vibraciones que les llegan desde las instancias superiores.
El capitalismo exige cambios en lo económico y también en lo político. Ahora la marcha al Socialismo se transforma en retórica, como un vestido que se usa en determinadas ocasiones. Así, "el Socialismo es nuestra meta, pero después de una transición que durará siglos", "todos somos iguales, pero unos más iguales que otros". Ahora "lo que importa es proteger al capitalismo, a las inversiones extranjeras". Ahora "habrá paz", "los medios oligarcas no harán más escándalos, no habrá más crímenes en sus páginas".
Quien no esté de acuerdo es un extremista execrable, un "intelectual", las opiniones en contrario son "basura que debe salir del aire". No debe oírse, escribirse nada disonante. Sólo son aceptadas las voces del coro.
Es así, se comienza a perseguir lo que segundones interpretan como notas discordantes: la crítica, el pensamiento insumiso. Y lo hacen de soslayo, con excusas, sin dar la cara, carecen de argumentos. Las excusas son variadas pero todas apuntan a una desvalorización de las ideas, de la teoría, del pensamiento, lo que vale es la práctica, el agite, no importa adónde conduzca, quizá, sólo quizá, con esa evasión mantengamos a la Revolución como el avestruz.
El Grano, por supuesto, es un objetivo de este torbellino: hemos sufrido un duro ataque. Veamos.
El programa de radio que por más de diez años manteníamos en la Radio Nacional, fue sacado del aire. Y lo hicieron con sutileza: "no nos dijeron perro pero nos mostraron el tramojo". Nos cambiaron de horario, esto en el ambiente radial es un despido indirecto. El horario, la sintonía de un programa, forma parte de su patrimonio espiritual, labrado a través de años de constancia, de trabajo amoroso, tocarlo es una puñalada en la espalda, no se debe hacer sino por causas extraordinarias.
Pero vayamos a lo más importante. Con estas actitudes, ¿qué camino transita la Revolución? Creemos firmemente que este expediente de persecución de las ideas nos lleva a la derrota. Hoy es el programa, mañana será el Grano escrito, después el capitalismo exigirá reducir el control del Estado, luego participación en el gabinete, y, finalmente, esa es su naturaleza, exigirá la Presidencia.
Nosotros en el Grano seguimos creyendo que la suerte de esta Revolución está ligada a la suerte de Maduro. Lo apoyamos con irreverencia, criticando duro, señalando los errores, apoyándolo a pesar de estos.
Nunca traicionaremos las banderas que enarbolamos hace más de medio siglo, preferimos el Silencio.

CHEPA CANDELA (Jueves 23-05-2013)


"Por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza". Esta sentencia del Libertador nos enseña lo fundamental de la política: las clases dominantes, las oligarquías, basan su dominio en la ignorancia. Pero, ¿cuál ignorancia? La respuesta es el fundamento de la acción revolucionaria. No es el conocimiento sin sentido lo que calma la inopia. Veamos.
El conocimiento que derrota al oscurantismo esclavizante es el formador de conciencia, el que ubica al individuo en las tensiones de su época, en los elementos que le dan movimiento a la sociedad, las pugnas, los secretos, la posición de los diferentes estratos sociales. En resumen, la ¡lucha de clases!
Se puede decir que toda la ignorancia inoculada en una sociedad tiene como finalidad ocultar la lucha de clases, los diferentes intereses en pugna. De esta manera la oligarquía consigue con diez mil trucos reclutar para su ejército a los explotados, a los excluidos, que apoyen a sus verdugos, así garantiza su sistema.
El capitalismo ha llevado a la humanidad a altísimos niveles de ignorancia, algo nunca visto en la historia. Consiguió borrar del pensamiento humano la lucha de clases, la convirtió en un anatema, el que hable de ella es un brontosaurio, no es moderno, nadie lo oye. Para ese fin cuenta con un formidable sistema de manipulación de almas, que va desde las películas de hollywood, la televisión, hasta la cúpula eclesiástica y la escuela.
Los oligarcas son los dueños de lo que la gente habla, siente, sueña y piensa. Así nos importamos por tonterías, por la farándula, la vida cotidiana, los extraterrestres, todo lejos de la raíz de la vida: la lucha de clases. Ya lo dijo hace mucho tiempo un clásico: "sin desmontar el aparato de manipulación de almas no habrá Revolución". Podríamos añadir, la Revolución es en gran medida desmontar ese aparato.
El asunto puede plantearse así: Los explotados tendrán la dimensión de acuerdo a la calidad, al contenido, de sus discusiones. Y rematemos diciendo: cuando los explotados discuten la lucha de clases, cuando son conscientes de la pugna alrededor del poder, serán invencibles, estarán preparados para grandes tareas.
Si auscultamos el ambiente nuestro, si oímos de qué habla la gente, podremos medir el grado de madurez que hemos alcanzado. No es necesario hacer una encuesta para concluir que la política se está pareciendo cada vez más a la farándula, a la programación de la televisión: lucha libre en las tardes, chismes en la noche, novelas todo el día.
Es intención de la oligarquía distraernos del centro de la batalla. De esta manera consiguieron borrar la lucha de clases. Ahora parece que el gobierno revolucionario enfrenta sólo a algunos políticos mal comportados, se olvida que son operadores del capital, aquel que por mercados, por lucro, es capaz de hacer guerras, lanzar bombas atómicas, asesinar, cometer genocidio. Los obreros se confinan a sus luchas economicistas, no perciben la explotación. La plusvalía quedó para la historia. Los capitalistas, burlones, lanzan distractrices.
¡Con Chávez, con Maduro resteaos!

22.5.13

SÓLO LA IDEOLOGÍA SALVA (Miércoles 22-05-2013)


El laberinto político sólo se puede resolver desde la ideología. Eso lo sabe la derecha y trata de aniquilar con diferentes argumentos a la ideología revolucionaria, ese es el centro de sus luchas hoy, su experiencia histórica le dice que derrotando a la ideología revolucionaria, la Revolución estará también vencida. Veamos.
Los voceros de las derechas (de adentro y de afuera) lo primero que hacen es descalificar a la ideología revolucionaria, la tildan de extremista, han hecho de este término un anatema. Prestigian la entrega de las banderas revolucionarias bajo el eufemismo de sensatez, de mesura, y a la absurda colaboración con los oligarcas la califican como astucia política.
Les desagrada que se diga que la lucha contra la Polar es la misma batalla que rescató a PDVSA, requieren del engaño, vaciar a la lucha de sentido histórico, despojarla de razones sagradas, de pasión, de ideología. Les asusta que la batalla se presente en su justa dimensión: la Revolución es la lucha irreconciliable entre el Socialismo y el capitalismo, entre los oligarcas y el pueblo humilde. Es la misma lucha de Bolívar contra las oligarquías coloniales, la misma de Zamora, Fabricio, Chávez. No hay lugar en ella para conciliación, los oligarcas exigen sumisión, esclavitud.
La derecha intenta detener la marcha al Socialismo, lo hacen de mil maneras. Se apoyan en nuestras debilidades ideológicas, ya vimos como desprestigian las posiciones revolucionarias. Los derechistas de adentro aúpan las posiciones distraccionistas, anarcoides, aquellas cuyo socialismo es un patuque que paraliza las luchas, impide la organización del pueblo, lo desarma para el combate. Lo más lejos que llegan es a proponer formas aisladas, fragmentadoras, egoístas. En lo político son enemigos del Partido, intentan disolverlo. En lo económico se rinden a la burguesía. Esta desviación anarcoide-populista, causante de los graves problemas que confrontamos, hoy toma aliento, sus "intelectuales" paren absurdos en el intento de debilitar a la Revolución.
No es un asunto de nombres, se trata de denunciar las fallas ideológicas, corregir las grietas teóricas y el rumbo anarcoide. Esto es urgente.
Todo esto está presente en el mapa ideológico. Pero lo más peligroso, el enemigo principal, es el reformismo, el capitalismo light, el de "rostro humano". Éste se beneficia de todas las demás posiciones ideológicas, desde el fascismo enclenque de capriles, que usan como excusa para el pacto, hasta el anarquismo tropical que debilita a la Revolución , estimula acciones desesperadas de la masa, cabalga en el egoísmo marginal e incita a la indisciplina.
La solución a nuestros problemas, propios del avance revolucionario, está en más Socialismo, en profundizarlo. Tenerle fe, buscarlo con el desespero del náufrago que bracea hacia la orilla, transmitir al pueblo esa pasión, educar al pueblo, educarnos nosotros mismos en las cualidades del Socialismo, defenderlo como quien defiende a la vida. No hay lugar para más inventos sin sentido, ahora el dilema es Socialismo o Barbarie. Recordemos que sólo derrotando al reformismo se derrota al fascismo y al anarquismo.  
¡Con Chávez, con Maduro, con el Socialismo! ¡Resteaos!

21.5.13

LA CRÍTICA INELUDIBLE (Martes 21-05-2013)


La Crítica es de vida o muerte para una Revolución. No se conocen Revoluciones perdidas por la crítica, pero sí derrumbadas por su ausencia o por la sordera.  Allí están los soviéticos, no oyeron al Che. La salud de una Revolución estará en relación directa con la calidad de la crítica que la habite. Ahora  bien, el proceso de análisis, la crítica, en una Revolución tiene una fuerte carga  ideológica. Veamos.
El término "crítica" puede significar ataque, instrumento para destruir, tener fines políticos de los adversarios. En este caso no lo clasifiquemos como "crítica" sino como arremetida enemiga.
Puede significar detección de fallas, llamados a corregir rumbos, alerta sobre peligros, argumentos dispares y discordias sanas sobre posiciones dentro del campo Revolucionario. En este caso llamémosla crítica. Igual a aquella a las que nos convocó el Comandante, a la que decía Martí, "criticar es amar" o la que postulaba el clásico: "cuídate del que te alaba, oye al que te critica."
En los dos casos la respuesta debe ser de argumentos, de discusión, presentación de la realidad, nunca persecución ni zancadillas, ni argumentos dirigidos al hombre y no a la idea. Recordemos que siempre en este tipo de combate lo que se disputa es la aceptación de la masa, de la sociedad.
De lo anterior se deduce que la clase dominante ha instalado en la masa la antipatía por la crítica. Los desprevenidos la consideran sólo un ataque, de esta manera nos privamos de un instrumento valioso para la búsqueda de los caminos ciertos, para corregir errores. Se puede decir que un pueblo tendrá la calidad de su capacidad de crítica. Y concluir que no habrá Revolución sin crítica revolucionaria.
En esta Revolución la crítica debe estar en la primera línea. Ahora es más necesaria que nunca, sólo podremos reponernos del descomunal golpe que significó el asesinato de Chávez con una alta dosis de crítica, de análisis constante, de balance del camino y corrigiendo errores rápidamente. Estamos sometidos a una ofensiva contra el Socialismo que tiene un poderosísimo frente externo, el imperio, y un formidable frente interno, las ideas  reformistas y la práctica anarcoide.
En los últimos días la crítica, por parte nuestra, ha redoblado porque el movimiento del paisaje político así lo amerita: la conversación con mendoza no es algo para pasar por alto, las llamadas a los empresarios y las medidas con el dólar no son tonterías, señalan un rumbo que debe ser discutido, debatido, criticado, y ese es un deber de los revolucionarios.
Es un error pensar que el enemigo es sólo capriles y su fascismo raquítico, y dejar de lado las alianzas decisivas con el gran capital nacional e internacional y el aparecimiento en la palestra política de la burguesía tradicional. Y mientras esto pasa, la Revolución se diluye en un gobierno de calle, que se reduce a realizar las tareas del gobernador y hasta las del alcalde, nos quita presencia nacional y no hay respuesta al avance oligarca.
¡Seguiremos criticando duro y resteaos con Maduro!
            ¡Criticar es amar!